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miércoles, 20 de mayo de 2015

Apuestas arriesgadas


Ricardo Peláez llegó al América en una época de crisis. Las Águilas habían tocado fondo algunas temporadas atrás, cuando finalizaron en los últimos lugares del torneo y veían de cerca los últimos puestos de la tabla porcentual. Se había dilapidado cualquier cantidad de dinero y varios técnicos habían hecho y desecho al plantel con magros resultados pero el ex centro delantero tomó al toro por los cuernos y, en conjunto con un equipo de ejecutivos, rediseñó al plantel, contrató a Miguel Herrera y el América volvió a ser protagonista de los torneos locales.

Si bien en su primer año el Piojo no logró el campeonato, sí logró que las Águilas volvieran a ilusionar a sus seguidores que apoyaron a su equipo ruidosamente y se creó una sinergia entre jugadores, cuerpo técnico, directivos y afición que catapultó el proyecto hacia un nuevo título en la Liga MX y a Miguel Herrera hasta la dirección técnica de la Selección Nacional.

El reemplazo del Piojo fue una apuesta arriesgada de Peláez, Antonio Mohamed. Un técnico cuya capacidad ya había sido probada pero que salió de Xolos de una forma extraña, que venía de un fuerte fracaso en su natal argentina y, lo que es más importante, con un perfil muy distinto al del técnico saliente. El Turco tomó un equipo que había sido armado entre los directivos y Miguel Herrera y tuvo en su primer año un papel bastante discreto. Las Águilas se fueron alejando de las emociones fuertes y del juego espectacular para tomar un camino más discreto, más irregular, basado en el orden táctico, en excelentes desdoblamientos y en jugadas de táctica fija.

En su segundo torneo, el Turco logró el campeonato. Lo hizo sin grandes despliegues de heroicidad, con más templanza y, sobre todo, siendo más frío y calculador. La directiva había trabajado durante el torneo para armar un equipo al gusto de Mohamed y, poco a poco, fue firmando a jugadores de calidad probada que venían recomendados por el Turco y eran parte de su exigencia. Sin embargo, se dieron situaciones al final del torneo que dieron como resultado que no se le renovara el contrato a Antonio Mohamed y que este saliera del América al no renovársele el contrato con las Águilas.

De nueva cuenta, Peláez optó por una apuesta arriesgada. Esta vez, el equipo azulcrema contrató a Gustavo Matosas para la dirección técnica del conjunto de Coapa. El uruguayo tiene un perfil más a doc que Mohamed para la conducción del equipo hacia el juego espectacular que siempre ha buscado la directiva americanista y todo parecía indicar que, con los refuerzos anunciados con bombo y platillo, el equipo viviría una nueva etapa de gloria. Algunos incluso ya evocaban los gloriosos 80's que fueron los años de oro para las Águilas.

Lamentablemente el llamado Ferrari jamás carburó y el resultado fue una puntuación muy discreta en el torneo local y un título bien ganado en la CONCACAF. Si bien la defensiva americanista mostró serias carencias y desatenciones que incluso permitieron sonoras goleadas en cierto momento del torneo local e incluso una que pudo ser clave en la CONCACHAMPIONS, las Águilas lograron revertir el mal momento y le supieron dar la vuelta a la situación para coronarse en el máximo torneo regional que les daba boleto para el Mundial de Clubes y estuvieron a unos minutos de lograr la hazaña en el torneo local pero Pachuca sacó la casta y terminó eliminándoles en cuartos de final.

Matosas exigió el cambio de varios elementos del plantel por considerar que no se ajustan a lo que él siente que se necesita en el América para desarrollar su estilo de juego. El estratega uruguayo busca más movilidad ofensiva y más confiabilidad defensiva. Los refuerzos recientemente adquiridos por las Águilas, por más de lujo que pudieran ser, no tenían las características que para Matosas eran indispensables para desplegar su sistema de juego de una forma confiable y espectacular.

Ricardo Peláez ha optado, de nueva cuenta, por una apuesta arriesgada: dar continuidad al plantel y rescindir el contrato de Gustavo Matosas. Suenan insistentemente Ignacio Ambriz y Javier Aguirre para dirigir a las Águilas pero ¿funcionarán? ¿tienen el perfil que está buscando Peláez? Ni Ignacio Ambriz ni el Vasco Aguirre han mostrado, como directores técnicos, el estilo audaz y espectacular que profesa Peláez como requerimiento para la dirección técnica de las Águilas. ¿Por qué pensar que son los adecuados? Adicionalmente, Ambriz fracasó rotundamente con las Chivas y no hizo nada memorable con Gallos Blancos, sus últimas dos aventuras en la liga mexicana y Aguirre está inmiscuido en serios problemas con la justicia española, podría ser castigado por tiempo indefinido si no convence a los jueces de qué actuó de buena fe y, por si fuera poco, ha declarado en reiteradas ocasiones que no le interesa dirigir de nueva cuenta en México.

Por lo pronto, Peláez y la directiva americanista deshojarán la margarita en busca de un relevo para la dirección técnica del conjunto de Coapa. ¿Les funcionará la nueva apuesta? ¿Habrá un técnico con renombre, cartel y perfil que acepte dirigir al equipo dándole continuidad al plantel y sin refuerzos a corto plazo?

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