En la vida en
general y en el futbol en particular, la actitud es clave para triunfar. Un
equipo de futbol no puede ser simplemente la suma de las personas que componen
el grupo. Un equipo tiene que ser mucho más que la suma de sus partes y esto
sólo sucede cuando todos y cada uno de los miembros toman la actitud correcta,
asumen sus responsabilidades y se impulsan unos a otros para superar los
obstáculos que se les presenten y triunfar ante cualquier circunstancia.
Existen equipos que
crecen con el aliento de su público. Equipos que saben aprovechar cuando son
arropados por sus seguidores y que toman un impulso cuando reciben esa fuerza
intangible que representa y eso es muy importante. Sin embargo, también hay que
saber crecerse cuando las condiciones son adversas. Ya sea porque el público
apoya al otro equipo o bien por las condiciones del terreno de juego o
cuestiones incluso circunstanciales como errores arbitrales.
Muchos grandes
técnicos coinciden que los grandes jugadores son capaces de ganar partidos pero
sólo los grandes equipos son capaces de ganar campeonatos y en esto mucho tiene
que ver la actitud y tener una actitud triunfadora no es simplemente repetirse una
y otra vez que se quiere triunfar sino más bien asumir el reto de ir por un
sueño, de prepararse día a día para estar en condiciones de alcanzarlo, de
trabajar arduamente para lograrlo y de hacer equipo hombro a hombro con todos y
cada uno de los compañeros del equipo para conquistar las metas trazadas.
Tener una actitud
triunfadora en el futbol no se trata de tomar el esférico, llevarse a todos y
meter gol, sino más bien de estar compenetrado con los compañeros para llevar a
cabo las tareas que corresponden, de la mejor forma y en el momento adecuado.
La actitud es
fundamental en el desempeño individual y colectivo. Nuestra labor en el día a
día tiene que ser siempre enfocada y en busca de una actitud triunfadora que
nos guíe hacia las metas trazadas. De nada sirve soñar si no nos preparamos. De
nada sirve hablar si no trabajamos día a día para mejorar nuestras habilidades
personales y para conjuntarnos con el equipo y no existe equipo si los
individuos no comprenden que es indispensable el trabajo hombro a hombro, el
sacrificio diario, el impulso, el apoyo y, sobre todo, la fuerza de voluntad
para nunca darse por perdidos y seguir luchando sean cuales sean las
circunstancias.
Una actitud
triunfadora nos permitirá levantarnos cada vez que caigamos y nos ayudará a
aprender de nuestros errores para ser mejores cada día y crecernos ante las
adversidades alimentándonos del apoyo de nuestros seguidores e impulsándonos
con nuestros sueños.
Sobra decir que un
equipo sin actitud está condenado al fracaso. Se debe de aprender en cada
derrota y, sobre todo, debemos siempre de impulsarnos más fuerte y de mejor
forma cada vez que caigamos y, por ningún motivo, se debe de perder la actitud,
ni dentro, ni fuera del terreno de juego. Porque la actitud es básica en
nuestra vida y el futbol es parte fundamental de la misma.
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