El Atlético de
Madrid, con su acostumbrada intensidad y fortaleza, borró e hizo ver mal al
Real Madrid en el Vicente Calderón al golearlo por 4 tantos contra 0.
El Atlético de
Madrid impuso sus condiciones desde el inicio del partido. Los rojiblancos
jugaron con intensidad y fuerza, sabiéndose replegar y mandando poderosos
contragolpes que dejaron sin argumentos a un Real Madrid que muy probablemente
dio el peor partido que se le ha visto en la era Ancelotti.
Si bien pesaron las
ausencias de Sergio Ramos, Pepe y Marcelo, eso nada tiene que ver con la
inoperancia que mostró el Real Madrid hoy en el Vicente Calderón, donde fue
exhibido por un Atlético bien plantado y que bien pudo ampliar aún más la
ventaja.
En esta ocasión, el
Atlético no salió como tromba y más bien cedió la iniciativa al conjunto
merengue, replegándose y esperando para desplegar rápidamente y responder a
contragolpes. La gran virtud del Atlético fue la intensidad ya que al presionar
a los mediocampistas rivales, les robó cualquier cantidad de balones y creó
mucho peligro.
El Atlético mostró
su peligrosidad desde el primer ataque. Juanfran mandó un centro templado al
área donde Mandzukic tomó el balón y en lugar de rematar al marco, lo retrasó
para la llegada de Tiago, quien le pegó con todo y mandó un fogonazo raso que
se le coló por debajo del cuerpo a Iker quien pudo hacer más y lamentablemente
terminó comiéndose un gol. Un error que tumbó emocionalmente al Madrid. Un
golpe del que no supieron levantarse y apenas corría el 14'.
El Real Madrid
intentó reaccionar pero no habían ideas y su inoperante medio campo fue incapaz
de surtir balones a modo para los delanteros y, para colmo de males, fueron
víctimas de la presión de los colchoneros y fueron dejando balones perdidos en
el medio campo. Cristiano Ronaldo, Bale y Benzema no pudieron aparecer en todo
el primer tiempo y apenas realizaron un disparo a gol en ese lapso.
Saúl Niguez robó un
balón a medio campo y de inmediato armó un relampagueante contragolpe por la
banda izquierda donde Siqueira entró al área merengue para servir de nueva
cuenta a Saúl quien siempre acompañó la jugada y realizó una chilena para poner
el esférico pegado al poste de la portería defendida por Iker Casillas y anotar
el 2-0 al 18'.
El Real Madrid quedó
convertido en zombie y fue incapaz de reaccionar en el tiempo restante de la
primera mitad. Largas posesiones de balón merengues no llevaban a nada y, en
cuanto perdían el esférico, las respuestas colchoneras generaban clara sensación
de peligro.
Para la segunda
parte no cambió gran cosa el encuentro. El Real Madrid tomó el balón y buscó
empujar hacia el frente, encontrando a un Atlético bien apertrechado atrás y en
espera de un error para cuajar un rápido y mortal contragolpe, desplegando sus
armas con astucia y velocidad.
En un avance por la
banda derecha, el Atlético cortó hacia el centro y mandó un largo pase a
segundo palo donde Saúl le ganó el duelo a Varane y cabeceó hacia atrás para
habilitar a Griezmann quien mandó el balón al fondo de la portería de Casillas
para el 3-0 añ 67'.
Ancelotti buscó
refrescar su media al hacer ingresar a Illarramendi por Isco al 69' y al 73' ingresó Chicharito
por Benzema pero Simeone respondió metiendo a Torres por Griezmann al 77' y con
ello incrementó la velocidad en el ataque del Atlético.
El Niño respondió
desbordando por la derecha y mandando un excelente centro para Mandzukic quien,
en medio de dos defensas, cabeceó para el 4-0 al 89'. Era el último clavo en el
ataúd merengue. Un duro golpe para el orgullo del actual campeón de Europa dado
por el actual campeón de España y una clara señal de que la guerra por el
título de la Liga BBVA se prolongará hasta el final de la temporada.
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