Arsenal 1-3 Monaco

El Mónaco conquistó una enorme victoria por 3 tantos contra 1 ante el Arsenal en un pletórico Emirates Stadium que vio diluirse a los gunners ante la eficiencia, el orden y, por supuesto, el oportunismo del Mónaco que iluminó la noche en Inglaterra.

El Arsenal salió con todo hacia el frente y monopolizó el control del balón pero sus ataques se fueron topando con una bien plantada pared monegasca que impedía que el dominio del conjunto inglés se tradujera en peligro sobre la portería visitante. Los avances gunners fueron demasiado previsibles, con muchos toques y paseando el balón de lado a lado sin arremeter realmente sobre la portería rival, por lo que la bien ordenada defensiva del Mónaco logró dominar la situación y los visitantes fueron tomando confianza conforme avanzaba el reloj.

El Mónaco fue tomando confianza y cuando corría el 38', Kondogbia tomó un balón a unos metros del área local y, ante la displicencia defensiva que no salió a presionarle, se acomodó con toda calma y sacó un fogonazo hacia la portería que, en un grave error de Ospina que no pudo corregir a tiempo ante un desvío defensivo, terminó colándose al fondo de la portería para el 0-1.

 El Arsenal se lanzó a la carga de inmediato pero en su desesperación fue dejando espacios libres en la retaguardia y en el pecado llevó la penitencia ya que cuando corría el 52', Fabinho robó un balón y lo sirvió para Martial quien tocó suave y perfecto para la llegada de Berbatov quien remató sin miramientos a Ospina para el 0-2.

El Arsenal volvió con todo a la carga y comenzó a bombardear la portería defendida por Subasic con disparos y remates de todos los ángulos pero no fue sino hasta el 90' cuando Oxlade-Chemberlain, con un magnífico disparo desde las afueras del área, logró el 1-2 que devolvía el alma al cuerpo de la afición de los gunners.

Sin embargo, cuando ya corría el 93', Bernardo Silva tomó el balón en el medio campo y mandó un pase filtrado para la escapada de Ferreira-Carrasco quien fusiló a Ospina con el 1-3 que podría ser determinante para definir el ganador de la llave y deja al Arsenal en una situación muy comprometida.