Iker Casillas se ha
ganado su lugar en la historia del Real Madrid sin duda alguna. Ha formado
parte del primer equipo madridista en los últimos 15 años y entró a las fuerzas
básicas desde la infancia. Ha portado el gafete de capitán y ha luchado hombro con
hombro junto a grandes figuras para devolverle la gloria al equipo español con
más títulos en Europa. Sin embargo, ha sido blanco de fuertes críticas e
incluso ha recibido silbidos de parte de la grada blanca. ¿Cómo se explica
esto?
En una entrevista
con Canal + de España, Iker Casillas explicó que, "al principio, tuvo una
buena relación con José Mourinho" pero que "las discrepancias
comenzaron a fluir a partir de los tensos partidos entre el Madrid y el
Barcelona de Pep Guardiola en 2011". En aquellos duros encuentros en los
que primero el Barcelona le pasó por encima al Real Madrid y luego los
madridistas aplicaron la fuerza para nivelar, jugadores de ambos cuadros se
dijeron de todo y los insultos y provocaciones fluyeron libremente por el aire
provocando un ambiente muy complicado para los que tendrían que verse muy
pronto las caras en la selección española.
Por tal motivo,
Iker, Xavi y Puyol establecieron comunicación aunque, para sorpresa de muchos,
el capitán merengue, confesó que no habló a Xavi para pedir perdón, como se
había publicado en innumerables medios españoles, sino "porque la imagen
que estaban dando estaba siendo lamentable".
En esos tiempos se
dieron unas declaraciones de Sara Carbonero en las que comentó que "el
ambiente en el vestidor madridista era malo" y estas fueron directamente
atribuidas a Iker Casillas y muchos lo tildaron a partir de ahí de traidor. Las
relaciones con Mourinho se fueron enfriando y ambos dejaron de hablarse.
El entrenador luso
optó por utilizar primero a Adán para sentar a Casillas y, cuando este se
lesionó la mano, de inmediato solicitó un arquero al presidente del club quien
hizo un rápido movimiento para adquirir a Diego López quien cumplió
perfectamente su papel y terminó sentando a Casillas en el banquillo.
Casillas no
identifica el origen de los rumores que lo calificaron como el traidor del
vestuario pero sí admitió sentirse aislado en esos tiempos. Optó por mantenerse
en el Real Madrid pese a la titularidad de Diego López tanto en el último año
de Mourinho como en el primero de Ancelotti pero el mantenerse jugando en la
Champions le permitió ganar un título, la ansiada 10a del Real Madrid, y hoy le
ha vuelto a dar la oportunidad de ser titular y buscar una revancha, tanto con
el conjunto albo como con la selección española con la que también dejó mucho
qué desear en la pasada Copa del Mundo.
Los sueños han
vuelto a su mente. Los dos difíciles años que acaban de pasar han quedado en la
memoria y ahora busca una nueva oportunidad para reivindicarse. Optó por el
silencio en su momento y ahora se sincera. Sin duda, una gran figura busca
levantarse y peleará de nueva cuenta por el cariño de un público que siempre se
ha distinguido por su exigencia pero también por su entrega.
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