El Real Madrid logró
una sufrida victoria por 2 tantos contra 1 ante el modesto Ludogorets en la
UEFA Champions League.
Ancelotti optó por
darle rotación a su alineación y comenzó el partido con Casillas en la
portería, Arbeloa, Varane, Ramos y Marcelo en la defensa, Bale, Modric e
Illarramendi en la media cancha e Isco, Chicharito y Cristiano en la delantera
pero no tuvo en cuenta la presión de arranque del equipo búlgaro que les
complicó de tal forma que bien pudieron haber perdido el partido.
Cuando apenas corría
el 6', sobrevino un grave error de marcación en un tiro de esquina y Marcelinho
aprovechó que Bale no lo cubrió para anotar el 1-0 que enloquecía al estadio y
ponía al gigante contra la pared. Los Merengues estaban siendo rebasados, su
medio campo no terminaba de carburar y la delantera no parecía tener con qué
anotar aunque, pese a todo, el Real Madrid reaccionó de inmediato y adelantó
filas en busca del empate.
Muy rápido les llegó
el momento del desquite. Chicharito se adelantó a un defensa y fue trabado para
un claro penal pero Cristiano falló en la ejecución y Stoyanov, que se adelantó
un par de pasos, tapó el disparo evitando el gol del empate.
Los madridistas
mantuvieron la presión hacia el frente pero Ludogorets se creció y plantó cara
con rápidos contragolpes que siempre buscaban hacer daño y puso a trabajar a
Iker quien respondió atinadamente y salvó a su equipo en más de una ocasión,
para desilusión de la afición que apoyaba con todo a su equipo.
Cuando corría el
22', Cristiano forzó una jugada en el área del equipo local y se dejó caer con
un contacto mínimo que el árbitro calificó como penal pese a las protestas del
equipo local y, por supuesto, de la fanaticada que reclamaban que Cristiano había
inventado la falta. De cualquier forma, el árbitro se mantuvo y Cristiano, esta
vez sí, mandó un disparo raso y muy bien colocado que se coló justo a un lado
del poste para igualar el marcador al 24'.
El Real Madrid
mantuvo la iniciativa pero Ludogorets no se amilanó y también mantuvo la
actitud ofensiva cada vez que lograba hacerse de un balón, desnudando las
carencias defensivas de un gigante que no atinaba a resolver el acertijo
planteado por el equipo búlgaro.
Ante los problemas
operativos, Ancelotti optó por ingresar a Benzema por Chicharito al 67', a
Kroos por Modric al 73' y a James por Isco al 76' y los cambios le resultaron
perfectamente porque al 77' Benzema liquidó el encuentro al rematar dentro del
área para poner el partido 1-2.
Ludogorets había
plantado cara y había desnudado las carencias madridistas, obligando al equipo
Merengue a apostar por los contragolpes para responderle. Sin duda, Iker tuvo
mucho que ver en esta victoria, ya que, con sus atajadas, mantuvo a su equipo
en el partido y dio tiempo a la reacción del equipo albo.
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