México y Chile
empataron sin goles en un partido que de amistoso sólo tuvo el nombre. Dos
equipos acostumbrados a jugar con línea de tres centrales en el fondo pero que
ocupan a los laterales de manera muy distinta. Para Miguel Herrera, técnico del
TRI, los laterales son volantes que se deben sumar al ataque como extremos
mientras que para Jorge Sampaoli, es preferible que engrosen la media cancha
para copar al enemigo y hacerle más complicado el tránsito.
El funcionamiento de
la Selección de Chile y su estilo se le complicaron mucho a México que tuvo que
optar por saltar las líneas para salir de la fuerte presión ejercida por los
chilenos en el medio campo pero aun así, lograron generar buenas oportunidades
de gol en un partido que resultó muy parejo.
La estrategia de
Chile de presionar desde la salida a México forzó una buena cantidad de errores
de los defensivos tricolores y fue el origen de las mejores oportunidades de
los sudamericanos que emplearon la fuerza en todo momento para atosigar a los mexicanos. En el
arranque, México fue mejor pero poco a poco Chile fue copando los espacios y
comenzó a dominar el partido tácticamente.
Si bien México
controló más tiempo el esférico, era Chile el más peligroso en la primera parte
aunque no generó muchas opciones claras de gol pero sí puso a trabajar a
Guillermo Ochoa quien, muy atento, mostró los reflejos que siempre le han
caracterizado para mandar un peligroso cabezazo a tiro de esquina.
Para la segunda
parte Chile mantuvo la presión desde la salida del conjunto mexicano pero los
tricolores comenzaron a filtrar de mejor forma sus pases y se vieron mucho más
peligrosos. El primer gran aviso fue por conducto de Giovani quien recibió un
magnífico pase filtrado por Andrés Guardado y se enfilaba a la portería
defendida por Bravo pero lamentablemente sintió un tirón al hacer el esfuerzo,
mandó su disparo desviado y solicitó su cambio. El encargado de sustituir a
Giovani fue Javier Chuletita Orozco y éste también tuvo un par de inmejorables
oportunidades para abrir el marcador pero le faltó el temple requerido para
anotar y desperdició sus ocasiones. La primera jugada en la que intervino
Orozco fue a un excelente pase de Oribe pero el recién ingresado mandó su
disparo por las nubes y unos minutos más tarde recibió otro balón de oro cuando
estaba sin marca pero en esa ocasión mandó un disparo fuerte pero a las manos
de Bravo quien sin problemas lo detuvo.
Guillermo Ochoa
también tuvo que emplearse a fondo en una ocasión más en el segundo tiempo pero
de nueva cuenta dejó en claro que sus reflejos siguen intactos y mantuvo su
marco en ceros.
El partido terminó
con un 61% de posesión para México que también generó las mejores oportunidades
de gol ante un rival difícil, canchero y que supo ejercer una muy fuerte
presión en todos los rincones del terreno de juego.
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