Contra todo
pronóstico, un partido que era de relleno hasta hace unos cuantos días, se
convirtió en el centro de atención para la prensa y acaparó los reflectores
pero tanto el Puebla como el Querétaro no tenían mucho que mostrar al mundo
aparte del estreno de Ronaldinho aunque en los minutos finales del encuentro
ambos equipos brindaron emociones y dejaron a los seguidores de los Gallos
Blancos con una sonrisa en el rostro y con muchas esperanzas en la mente.
Gallos Blancos es un
equipo bien organizado, con un orden táctico que le ha permitido cerrar filas
en la defensa y buscar la portería contraria con idea y variantes pero es muy
inocente en la ofensiva y seguramente la llegada de Ronaldinho le será de mucha
utilidad. Los queretanos buscaron la portería poblana desde el inicio y
propusieron el encuentro aunque fueron los de la franja los que tuvieron mayor
posesión del balón con un 57%.
Querétaro presionó
para recuperar el balón y, cuando lo tenía en su poder, generó jugadas por las
bandas, con triangulaciones y desdobles muy interesantes pero siempre fallaba
en el último toque y la defensiva poblana terminaba rompiendo el balón y buscando
generar contragolpes aunque en ciertos lapsos de la primera parte se vio hasta
cierto punto asfixiado por la presión de los locales.
Las peligrosas
aproximaciones por la banda derecha de los queretanos dominaron el primer
tiempo pero Chelís hizo gala de sus conocimientos y reorganizó a su equipo para
la segunda parte y el Puebla niveló las acciones. Si bien, Ronaldinho hizo su
presentación ante la afición queretana al medio tiempo, los de la franja fueron
los que mejor reaccionaron y lograron que el partido viviera sus mejores
momentos.
Puebla se soltó más
y comenzó a atacar la portería del Querétaro pero los Gallos Blancos
respondieron y el ritmo se incrementó con jugadas de peligro en ambas porterías
aunque con muchos yerros, sobre todo en la última línea. No fue sino hasta el
89' que Sanvezzo logró abrir el marcador al entrar a velocidad y aprovechar un
pase de Danilinho que había destroncado a la defensa visitante y enloqueciendo
a la tribuna que lucía abarrotada.
Casi inmediatamente
después del gol, Querétaro tuvo la oportunidad de ampliar el marcador pero
Rodolfo Cota, el arquero visitante, se impuso en el mano a mano y mantuvo con
vida a su equipo. Sin embargo, en una trepidante jugada por la banda derecha en
la que un delantero poblano perforó a velocidad a la defensa queretana y se
metió al área donde recibió una falta que el árbitro la marcó como penal.
Cuauhtémoc Blanco aprovechó el momento y convirtió la pena máxima en gol para
poner el marcador 1-1 al 97'.
El árbitro no dio
tiempo para más e inmediatamente decretó la finalización del encuentro, cosa
que enfureció a la afición queretana ya que los 7 minutos extras habían
transcurrido entre reclamos y no con tiempo efectivo de juego por lo que ambos
equipos tuvieron que conformarse con el empate.
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