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martes, 25 de agosto de 2015

Nuevo orden merengue


Rafael Benítez llegó y de inmediato se han producido cambios importantes en tanto en el parado del Real Madrid como en el desenvolvimiento en el terreno de juego.

Del 4-3-3 acostumbrado por Carlo Ancelotti se ha pasado a un 4-2-3-1 que, de inicio, le ha dado una mayor estabilidad defensiva pero que hasta el momento ha resultado inoperante en el ataque y comienzan a vislumbrarse trazos de desesperación e incomodidad en algunos jugadores, entre los que se encuentra Cristiano Ronaldo quien parece no tener buena comunicación con Benítez.

El estratega estima que "para sacarle el mejor rendimiento a los de arriba, hay que darles movilidad y libertad" y es precisamente esa libertad de intercambiar puestos la que les está dificultando la coordinación a los pesos pesados de arriba ya que son de características muy distintas y, hasta el momento, el esquema ha sido ineficiente ya que el resultado ha sido que el Real Madrid anote menos que antes. Incluso, se han ido en ceros en 4 partidos contando pretemporada y el arranque de la liga.

La situación de Cristiano Ronaldo salta a la vista. El ariete lusitano marcó 61 goles en 54 partidos la temporada pasada y ahora lleva uno en 6 partidos. En el constante movimiento generado en la zona alta, Cristiano se ha notado desubicado y su desacoplo salta a la vista. Sin duda, aún no le ha encontrado la forma al esquema impuesto por Rafael Benítez y la mejor prueba de su incomodidad es su casi nula productividad, muy por debajo del promedio que ha sostenido en toda su carrera que es por arriba de 1 gol por partido.

Bale es otro que se nota incómodo. Con Ancelotti jugó en el extremo derecho y ahora Benítez busca moverlo hacia la izquierda pero, dado que ahí choca con Cristiano, ha intercambiado roles sin encontrar uno en el que pueda brillar su dinamismo para aprovechar los espacios abiertos que es lo que mejor sabe hacer.

La media cancha se ha visto muy bien a la hora de apoyar a la defensa pero no ha sabido surtir a la delantera. Si bien el equipo suele atacar ahora con 4 hombres, la falta de un centro delantero fijo y los caóticos movimientos de los delanteros tampoco ayudan a la hora de buscar profundidad.

Para colmo de males, el equipo también parece resentir la rigidez impuesta por Benítez en los entrenamientos ya que esto contrasta enormemente con el buen trato y familiaridad a los que Ancelotti los había acostumbrado y, por lo pronto, el cuadro merengue no ha funcionado como es debido y ya dejó ir dos puntos en el primer partido, por lo que Rafael Benítez deberá corregir el rumbo y encontrar la profundidad y el volumen de juego requeridos para meter en la pelea al Real Madrid cuanto antes si no quiere verse mortalmente rezagado en la lucha por el banderín en la Liga BBVA de España.

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