Leicester City se ha
convertido, paso a paso, golpe a golpe, en todo un acto de fe. Contra todo
pronóstico, sigue liderando la Premier League y ayer dio cuenta del Liverpool
con dos goles de antología de Jamie Vardy tras una hora de tensa lucha. La
victoria les permite mantenerse a 3 puntos de ventaja sobre Manchester City y
ampliar a 5 la distancia con respecto a Arsenal que ya ha sido alcanzado por el
Tottenham Hotspur en el 3er sitio de la tabla. Su rival en turno, Liverpool, se
quedó en 34 unidades y es ahora 8o por diferencia de goles ya que Southampton
se queda con el 7o (mismos 34 puntos pero con +8 por -4 de Liverpool).
Sin duda, la moral
de Leicester City está por las nubes y con el apoyo de su público se lanzó con
todo desde el silbatazo inicial en busca de la victoria y se topó con un
visitante bien plantado y que jamás renunció al contragolpe, por lo que el
partido fue de un ir y venir vertiginoso.
Si bien Leicester
tuvo ocasiones desde el inicio, no supo concretarlas y no fue sino después de
una hora de fuerte galopar de un lado a otro del terreno de juego que
conquistó, de una forma por demás inesperada y con un golazo, romper el
equilibrio del partido. Liverpool había logrado sacudirse la presión inicial y
vivía sus mejores momentos con Leicester replegado en su propio campo. Corría
exactamente el 60'. Riyad Marhrez mandó un largo pelotazo hacia el frente.
Jamie Vardy dejó botar el balón a tres cuartos de cancha y ligeramente a la
derecha del campo, en los linderos del área, lo prendió de forma estupenda y lo
mandó al fondo de la portería custodiada por Simon Mignolet que nada pudo hacer
para evitar el 1-0.
Liverpool se lanzó
con todo al frente en busca del empate y obligó a Leicester a replegarse de
nueva cuenta pero los locales aprovecharon la desesperación del equipo
visitante para finiquitar el encuentro con otro estupendo contragolpe,
fulminante de nueva cuenta. Otro balón largo buscando a Vardy aunque en esta
ocasión la defensa impidió que el ariete lo tomara en primera instancia y el
rebote lo fue a pelear Mahrez que chocó con otro defensor para que el nuevo
rebote cayera a los pies de Okazaki quien intentó tirar a gol pero su disparo
fue taponeado por un defensa y, para buena fortuna de Leicester y toda su
fanaticada, el esférico se coló hasta los dominios de Vardy quien sin dudarlo y
con un toque suave, cruzado y bien colocado, anidó la de gajos de nueva cuenta
para poner el marcador 2-0.
Si bien en los
momentos iniciales, sobre todo durante los primeros 30 minutos del partido,
Leicester había ejercido una presión muy adelantada que asfixiaba a Liverpool,
cuando se vio en la necesidad, también supo retrasar sus líneas y cerrar los
espacios en su propio campo, mostrando una gran flexibilidad y un excelente
orden táctico magníficamente bien implantado por Claudio Rainieri, su director
técnico.
El milagroso
Leicester sigue en ruta y ahora tendrá que visitar a los citizens para luego
visitar a los gunners en las jornadas 25 y 26 que podrían resultar cruciales
para los sueños de grandeza de este sorprendente equipo.
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