El Oporto conquistó
una importante victoria por 3 tantos contra 1 sobre el Bayern de Múnich en el
Estadio do Dragao, capitalizando magníficamente los errores del cuadro alemán
que en el pecado llevó su propia penitencia. Los más de 50 mil espectadores vitorearon
la proeza y alentaron en todo momento a su equipo que, con valentía, supo
plantarse y asestó mortales golpes en momentos clave.
Pep Guardiola es un
entrenador al que le gusta que su equipo toque el balón y el Bayern busca
controlar el esférico y trasladarlo de un lado a otro para apretar y, en muchas
ocasiones, avasallar a sus rivales. Sin embargo, en esta ocasión, los errores
en la zaga salieron caros y dejaron mal parado al gigante alemán que ahora
buscará remontar en casa.
El Bayern, fiel a su
estilo, se plantó en el Estadio do Dragao y buscó salir jugando. Xavi Alonso
bajó a la defensa para recibir un balón y con la intensión de tejer la jugada
desde el fondo. Sus compañeros se abrieron para darle opciones pero nadie esperaba
que el veterano mediocampista dudara ni mucho menos que Jackson Martínez
tuviera una reacción felina y se lanzara con todo sobre los pies del español
para, chocándolo por detrás, trastabillarlo y robarle el esférico, enfilando a
un mano a mano con Neuer quien salió para enfrentarlo y en su lucha por
recuperar el balón, lo chocó y derribó por lo que el árbitro no dudó en marcar
la pena máxima que Quaresma convirtió en gol cuando apenas corría el 3'. Una
jugada relampagueante. Un golpe duro y directo que enloquecía al público y
alentaba al Oporto.
El Bayern buscó
entonces recuperar la cordura tocando un poco el balón horizontalmente pero,
para su mala fortuna, cuando aún corría el 10', sobrevino otro grave error y la
noche se les vino encima. Rafinha buscó un pase de apoyo con Dante para salir
jugando de nueva cuenta desde el fondo pero el central no midió bien el balón,
tuvo una pésima recepción y Quaresma se abalanzó para robar el esférico y
vencer a Neuer por segunda ocasión, poniendo el marcador 2-0 y elevando el
nivel de decibeles en el estadio enormemente.
El Bayern no bajó
los brazos y se puso a trabajar. Adelantó filas y poco a poco fue presionando
al Porto hasta meterlo en su propio campo, monopolizando el traslado de la
pelota y, sobre todo, sin más errores en la zaga. Bernat y Rafinha se fueron
lanzando al frente donde también se podía ver a Dante o Boateng, los dos
defensas centrales, o a Xavi Alonso, Philipp Lahm o Thiago Alcántara
acompañando a Lewandowski, Göetze y Müller y aprisionando al Porto.
Boateng, con todo y
su corpulencia, escapó por la banda derecha y mandó un fuerte centro raso que
encontró casi a contra pie a Thiago Alcántara quien simplemente empujó para el
2-1 que daba vida al conjunto teutón. El centro fue muy fuerte y le pasó entre
las piernas a la pareja de centrales del Porto, Maicon y Martins.
El primer tiempo
terminó con un Bayern volcado al frente, intentando asfixiar al Porto que
aguantó a pie firme y con valentía para reorganizarse en la segunda parte y
volver a equilibrar el encuentro con rápidos y peligrosos contragolpes.
Jackson Martínez
aprovechó que Boateng no midió bien un largo despeje de Sandro y enfiló al área
para dejar tendido a Neuer en el camino y sentenciar el encuentro con el 3-1 al
65'.
El Bayern siguió
luchando infructuosamente hasta el final pero era esperado por una bien
plantada zaga portuguesa que, con oficio y pundonor, sacó adelante a su equipo
y mantuvo una importante ventaja que ahora tendrán que defender a capa y espada
al devolverle la visita al gigante alemán que seguramente buscará revancha.
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