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miércoles, 27 de enero de 2016

Aferrándose al poder


Uno de los principales problemas en el mundo del futbol ha sido la eternización de directivos que simplemente se aferran al poder para jamás soltarlo. Para muchos, el fin, el poder por el poder mismo, justifica cualquier medio empleado para mantenerlo y, por ende, la corrupción se ha incrustado hasta el tuétano de las principales organizaciones y hoy tiene postrada a la FIFA ante el enorme escándalo surgido por el ya mundialmente conocido FIFA GATE.

Ángel María Villar es un buen ejemplo de esto. Ha dirigido el futbol español por décadas, lleva 7 reelecciones y muchos ya lo consideraban virtual ganador de la 8a hasta que el Consejo Superior de Deportes de España lo requirió por una presunta malversación de fondos y administración desleal derivados de unos supuestos tratos especiales con el Recreativo Huelva y Marino de Tenerife para que ambos clubes pudieran competir pese a su deuda, una costumbre que también se sigue en muchos otros países aunque de manera muy distinta.

En todo el mundo han proliferado dirigentes muy longevos que han sabido aprovechar los recursos de sus propias federaciones para hacer negocios muy lucrativos y, por supuesto, para eternizarse en el poder. El manejo discrecional de  dichos recursos les ha servido para granjearse favores y votos que les permiten hacerse cada vez de más poder.

En México es usual que un club se declare libre de deudas para participar en un torneo aunque deban varios meses de salario a jugadores y cuerpo técnico y la Federación simplemente acepta su palabra aunque el escándalo esté diendo ventilado en los medios y a gritos por los cuatro vientos. Tal es el caso actualmente de Jaguares de Chiapas pero también le ha sucedido a Puebla, Veracruz y muchos otros equipos sin que los jugadores puedan contar con el apoyo de la Federación para obligar al club a pagar. La Federación Mexicana de Futbol ha sido controlada por un grupo de directivos que han sabido manejar, de forma por demás aterciopelada, al balompié nacional comprando a los más pobres y manteniendo el estatus quo por encima de todo y de todos.

Tan fuerte ha sido el escándalo de corrupción en la CONCACAF, que ha quedado acéfala ya en dos ocasiones y ahora se apresuraron a elegir una "directiva de emergencia" que se encargará de guiar al máximo organismo regional hasta que se lleve a cabo el congreso electivo en febrero.

Uno de los puntos clave para frenar la corrupción tanto en FIFA como en las federaciones regionales será sin duda la limitación de los mandatos. La propuesta inicial fue de 3 mandatos de 4 años como máximo. Es decir, el ganador de una elección sólo podrá reelegirse 2 veces y después tendrá que dejar el cargo. CONCACAF ya incluye esa propuesta dentro de sus nuevos estatutos, el Comité Ejecutivo de FIFA también valoró ese mismo tiempo máximo y muy probablemente CONMEBOL lo aplique de la misma forma.

Es obvio que por sí solo, esto no será suficiente. La existencia de un órgano realmente autónomo con capacidad para auditar todas las cuentas y contratos también será necesaria y muy importante. Ambas propuestas podrán complementarse para evitar la malversación de fondos y la eternización de los dirigentes hambrientos de fama y poder.

Es indudable que la limitación del mandato y la auditoría de cada administración son reformas necesarias y apuntan en la dirección correcta. Sin embargo, quedarán pendientes aún muchos asuntos por resolver. Se requieren reformas de fondo que, con sensatez, apunten en el camino correcto y sirvan de guía en busca de instituciones incluyentes que velen por la justicia y limpieza en las competiciones que se llevan a cabo en todo el mundo.

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