El Chelsea no pudo
pasar del empate ante el West Bromwich Albion en Stamford Bridge en un partido
de altibajos en el que pareció excesivamente defensivo por largos lapsos.
Guus Hiddink,
flamante entrenador de los blues, dispuso una formación con 4 defensas, dos
medios de contención, tres medios de enlace y un único atacante pese a jugar en
su propio estadio y con el apoyo de su afición. El Chelsea se replegaba en el
último cuarto del campo cada vez que perdía el balón y con sus excesivas
precauciones le dio vida a West Bromwich que simplemente aprovechó las
oportunidades que se le presentaron y tuvo su mejor virtud en jamás bajar los
brazos pese a verse abajo en el marcador en dos ocasiones.
Para mala fortuna de
Tony Pulis, técnico del WBA, James Morrison tuvo que ser sustituido cuando
apenas corría el 6' por una lamentable lesión pero de cualquier forma, Craig
Gardner, quien tomó el lugar del lesionado, hizo un buen papel e incluso anotó
un gol para su equipo.
Cuando mejor jugaba
la visita, surgió un pase largo que superó a la defensa y cayó al pecho de
Diego Costa quien lo cedió a los pies de William quien pasó para la banda
derecha donde Ivanovic desbordó y sirvió un centro peligroso y rasante que no
alcanzó Diego Costa pero que llegó hasta los pies de César Azpilicueta quien
cerró la pinza por el segundo poste para darle la ventaja 1-0 a Chelsea al 20'.
Un gol gestado por el lateral derecho y firmado por el lateral izquierdo.
El Chelsea se
replegaba como acordeón en su propio campo buscando salir en contragolpes pero
cuando corría el 33', n grave error de Pedro, quien perdió el esférico cuando
su equipo intentaba salir con el balón controlado y esto fue bien aprovechado
por Craig Gardner quien robó la de gajos y mandó un disparo raso que se incrustó pegado al poste derecho de la
portería custodiada por Courtois, igualando los cartones 1-1.
West Bromwich supo
plantar cara y le complicó la existencia al Chelsea, demasiado precavido,
forzando un partido con muy pocas opciones de gol aunque con largos recorridos
pero cuando más perdido se veía a los blues, sobrevino una jugada un tanto
fortuita que volvió a destrabar las acciones. Corría el 73' cuando Cesc
Fábregas mandó un largo pase para William, quien tomó el balón por la banda
derecha, desbordó hasta la línea de fondo y sirvió un centro rasante con mucha
fuerza que buscaba los pies de Kennedy pero que terminó siendo un autogol
debido a que McAuley no pudo evitar que se estrellara con su rodilla y
terminara entrando a su portería para el 2-1 que devolvía al Chelsea la
ventaja.
El Chelsea volvió a
la misma táctica, replegándose para tratar de finiquitar el partido a
contragolpes pero en el pecado llevó la penitencia ya que cuando corría el 86',
James McClean se encontró un balón rebotado en los linderos del área y mandó un
fuerte disparo que terminó dentro de la portería local para sellar el 2-2, un
buen resultado para West Bromwich Albion que arriba a 27 puntos y mantiene 3 de
ventaja sobre Chelsea.
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