El Atlético de
Madrid conquistó el pase a las semifinales de la UEFA Champions League al
derrotar por 2 tantos contra 0 al campeón del curso anterior, Barcelona con su
estilo clásico y característico de lucha, esfuerzo y entrega que logró secar al
cuadro blaugrana.
Si bien el Barcelona
tuvo más tiempo el balón, el peligro corría a cargo del Atlético que mostró
empaque, entereza, orden táctico, orgullo y, sobre todo, entrega, algo que se
ha convertido en un sello característico del equipo desde la llegada de Simeone
quien es indiscutiblemente un parteaguas en la historia del equipo colchonero
que se identifica plenamente con su afición. Jugadores van y vienen por el
Atlético pero el carácter que le ha impreso Simeone sigue intacto y el equipo
mantiene sus altos vuelos tanto en España como en Europa donde ayer se dio el
lujo de eliminar al todavía campeón de la competencia.
Desde el silbatazo
inicial ambos equipos dejaron en claro cuál era el guion de la película: el
Barcelona controlaría el balón con pases laterales en busca de un resquicio
para conectar con el poderoso tridente ofensivo y el Atlético presionaría en
cuanto pasaran de los tres cuartos de cancha para contragolpear a toda
velocidad cada vez que robaran el balón con su ya característico juego vertical
y a todo vapor. Si bien el Barcelona parecía no tener prisa y entendía que el
reloj era su aliado, para el Atlético era necesaria la velocidad pero supo
mantenerse en el filo de la navaja y evitó en todo momento caer en la
desesperación.
El conjunto dirigido
por Diego Simeone supo aislar al tridente ofensivo del Barcelona. Messi parecía
adormecido y únicamente era visto a la hora de los tiros libres, Neymar intentó
sus jugadas pero pocas veces encontró por dónde colarse y Suárez luchó pero se
veía solo y su esfuerzo se fue diluyendo ante la férrea marca ejercida por
Godín y Lucas que supieron complicarle la existencia e impidieron que pudiera
conectar debidamente con sus compañeros.
Por el conjunto
blaugrana, Iniesta tomó la batuta ya que Rakitic pareció extraviarse y jamás
pudo entrar en conjunción con sus compañeros. Los visitantes controlaban más
tiempo el esférico pero no lograban encontrar la profundidad requerida para
hacer daño y cada vez que perdían el balón eran víctimas de la verticalidad del
conjunto local que desplegaba con gran velocidad sus armas.
Cuando corría el 35'
y en una de tantas subidas del equipo local, Jordi Alba logró cortar el avance
y despejó de espaldas y hacia el centro, cometiendo un grave error ya que el
balón fue rápidamente recuperado por el Atlético que enfiló de nueva cuanta hacia
adelante por medio de Gabi, que le ganó el pleito a Iniesta y se adueñó del
esférico, habilitando a Saúl que, con un magistral toque bombeado hacia el área
que Girezmann, con un gran cabezazo desde el borde del área, convirtió en gol.
La balanza se
inclinaba favorablemente al Atlético pero el Barcelona mantuvo la misma
actitud. En parte por la presión de los colchoneros y en parte por su propia
inoperancia, los azulgrana siguieron controlando el balón pero sin generar
peligro mientras los rojiblancos hacían temblar a sus rivales cada vez que
robaban un balón. Los culés comenzaron a mandar más balones al área en busca de
un Luis Suárez que luchaba con denuedo para superar a Godín y Lucas que se
habían convertido en un muro infranqueable.
La batalla subió de
intensidad con el Barcelona cada vez más volcado al frente y el Atlético
replegado en el último cuarto del terreno de juego. Neymar y Suárez cada vez
aparecían más pero no así Messi que no lograba conectarse con sus compañeros.
Luis Enrique mandó a Sergi Roberto y Arda Turan en sustitución de Dani Alvez e
Iván Rakitic y, conforme fue avanzando el tiempo, Piqué abandonó la zaga
central para convertirse en un nuevo centro delantero pero la sólida defensa
colchonera se mantuvo a pie firme sofocando cada intentona y rompiendo sin
consideración.
Con el Barcelona
volcado al frente, Filipe Luis robó el esférico y avanzó por la banda izquierda
dejando atrás rivales y logró entrar al área visitante para servir un pase
hacia un compañero que corría solo por el centro pero Andrés Iniesta cortó el
avance con la mano y el árbitro decretó la pena máxima que, nuevamente,
Griezmann convirtió en gol al 88'.
Ya con el marcador
2-0, Diego Simeone no dudó en meter el camión atrás. Sacó al héroe del partido,
Griezmann, e hizo ingresar a Ángel Correa. Igualmente cambió a Augusto
Fernández por Stefan Savic y los colchoneros se parapetaron con todo atrás
mientras corrían los últimos y angustiosos minutos que decretarían la muerte
del actual campeón de Europa y el avance del Atlético que de nueva cuenta se
planta en las semifinales de la UEFA Champions League.
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