El Wolfsburgo
conquistó una histórica victoria por 2 tantos contra 0 sobre el Real Madrid en
el Volkswagen Arena en el partido de ida de los cuartos de final de la UEFA
Champions League ocasionando un rápido regreso a la crisis para el conjunto
madridista, algo que pocos imaginaban luego de que los merengues dieran cuenta
del poderoso Barcelona en el partido correspondiente a la Liga BBVA y disputado
en el Camp Nou el pasado fin de semana.
Zinedine Zidane
apostó por un 4-3-3 con Casemiro en el medio centro y Kroos y Modric a los
costados pero el medio campo merengue no pudo funcionar adecuadamente en gran
parte porque Wolfsburgo optó por rápidos desplazamientos a contragolpes,
dejando únicamente en punta a Schürrle y con 5 mediocampistas que supieron
desdoblarse una y otra vez para acosar a gran velocidad a la defensiva merengue
que fue superada una y otra vez y era pocas veces auxiliada por los medios
madridistas y en esta ocasión no contaron con el sacrificio de Cristiano y Bale
que tanto bien les habían hecho en el partido del pasado fin de semana.
Con Kroos y Modric
anclados a la contención, era primordial contar con la incorporación de Marcelo
y Danilo para apoyar en el ataque pero estos tuvieron una noche negra y eran
exigidos constantemente por los contragolpes del conjunto alemán que no les daba
respiro y restringió sus incursiones hacia el frente.
El Real Madrid
comenzó controlando el esférico y lanzó sus unidades hacia el frente tal y como
se esperaba pero Wolfsburgo no se achicó y supo aguantar a pie firme para
responder con rápidos y peligrosos contragolpes que de inmediato dejaron en
claro que no quería ser la víctima que todos habían pintado. En un abrir y
cerrar de ojos todo cambió gracias a la rápida incorporación de Draxler, un
mediocampista del Wolfsburgo que hizo ver muy mal a Danilo por la banda derecha
de los merengues. Draxler mandó a la guerra a Schürrle con un rápido pase en
una jugada que tomó por sorpresa a los madridistas y Casemiro, en su afán de
ganar el balón, lo derribó ocasionando un discutido penal que Ricardo Rodríguez
convirtió en gol al 18'. Era el 1-0 para el Wolfsburgo que vio a su rival
herido y no dudó en emplear la misma fórmula para derribarlo nuevamente y
ponerlo contra las cuerdas.
Draxler fue clave ya
que supo leer el partido y capitalizar las fallas de la defensa madridista con
rápidas incursiones y verticales contragolpes que hacían temblar la portería
visitante constantemente. Cuando corría el 25', Drexler se escapó, conectó con
Henrique y este mandó un magnífico pase para Arnold que venció a Navas para el
2-0 que ponía al poderoso Real Madrid contra las cuerdas.
Para colmo de males,
Benzema salió lesionado en una jugada en la que el árbitro ni siquiera marcó
una clara falta al borde del área del Wolfsburgo y fue sustituido por Jesé al
41'. El Real Madrid intentó acercarse en el marcador pero sin arriesgar de más
ya que un 3-0 hubiera sido catastrófico. Al 64', Zidane mandó al terreno de
juego a Isco en sustitución de Modric pero el cambio no funcionó y el Madrid
siguió teniendo el balón pero no lograba generar peligro mientras los locales
ponían a temblar a la zaga madridista en cada incursión, aunque sin duda Isco
contribuyó en un incremento de la velocidad de juego de los visitantes, pero no
supo marcar una diferencia tangible en el terreno de juego, algo que tuvo que
reconocer Zidane al finalizar el encuentro.
Cuando ya corría el
85' entró James en sustitución de Kroos. Si bien se antojaba un cambio en la
alineación merengue desde hacía varios minutos, el ingreso del colombiano
tampoco fue la solución y las esperanzas de acercarse en el marcador para el
equipo albo se fueron diluyendo ante el inexorable avance del reloj.
Así las cosas, el
modesto Wolfsburgo aprovechó el feriado dictado por la importante ocasión para
festejar con un triunfo sobre el laureado rival y, de paso sea dicho, poner a
los merengues en una seria crisis que intentarán resolver en la vuelta que se llevará
a cabo en el Santiago Bernabéu la próxima semana.
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