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martes, 18 de enero de 2011

La estela de Cruyff

Hendrik Johannes Cruijff nació en 1947 y ha sido, como muy pocos, un gigante dentro y fuera del campo de juego. Desde muy temprana edad vivió el sueño de ser un futbolista profesional ya que su madre trabajaba en el servicio de lavandería y limpieza del Ajax de Amsterdam, equipo con el que comenzó a entrenar desde que tenía 7 años y muy pronto, a los 13 años, se concentró totalmente en el objetivo de ser profesional.

Su gran maestro fue Rinus Michel quien le preparó un programa especial de ejercicio físico para ayudarle a desarrollarse mejor y soportar los rigores propios del profesionalismo en Holanda. A los 17 años lo subieron al primer equipo del Ajax y dos años más tarde conseguiría el primero de 3 títulos consecutivos (1966, 1967 y 1968) y de los 9 que consiguió en la liga holandesa (además de los ya citados, 1970, 1972, 1973, 1982, 1983 y 1984). Dados sus logros, pronto se hizo de una muy buena fama internacionalmente y supo hacer prevalecer su clase y creatividad sobre la fuerza física. Cruyff se caracterizó tanto por crear juego como por tomar responsabilidades a la hora de marcar y defender, su liderazgo dentro del campo se hizo leyenda y su confianza en sí mismo fuera del terreno de juego y su defensa de sus ideales también se hicieron notar.

En muchos sentidos era un jugador diferente. No se asemejaba a ninguna de las estrellas que habían brillado previamente o que brillaran en ese entonces. Fue campeón de copa en Holanda con el Ajax en 6 ocasiones y también fue 3 veces campeón de Europa (1971, 1972 y 1973). En 1984 pasa del Ajax al Barcelona y a su llegada, los culés se hacen del campeonato de liga en España (1974) y en ese mismo año, es considerado Jugador Europeo del Año por tercera y última vez en su carrera.

Formó parte esencial de la muy famosa y legendaria "Naranja Mecánica", con quienes debutó en septiembre de 1966 y jugó apenas 48 veces defendiendo sus colores nacionales. Contrario a lo que muchas personas creen, no sólo participó en la Copa del Mundo de Alemania 74 sino que también guió a su equipo en los partidos más importantes de la clasificación para la Copa del Mundo de Argentina 78, aunque declinó asistir a esta por motivos personales ya que no quería estar demasiado tiempo lejos de su familia y también tenía serias desavenencias con la Federación Holandesa de Futbol.

Su clímax, deportivamente hablando, lo vivió en Alemania 74, donde la Naranja Mecánica deslumbró al mundo con su futbol total y, de la mano de su gran maestro Rinus Michels, fueron aclamados tanto por los fanáticos como por la crítica como la revelación de dicho mundial y muy pronto fueron considerados unos de los favoritos para alzar la corona.

Parecía que el estilo implantado por Michels había sido creado especialmente par Cruyff, quien era el eje y líder del equipo dentro y fuera del campo. Holanda pasó sobre todo aquel que osó ponerse enfrente y lo hizo jugando de una manera excelsa. Oficialmente aparecía en la alineación como Centro Delantero pero en realidad jugaba por todo el terreno de juego y contribuía a la rotación establecida por su entrenador como eje sobre el cual giraban todos sus compañeros coordinándose espectacularmente y confundiendo muchas veces a propios y extraños.

El futbol total holandés había hecho su aparición y los argentinos pagaron los platos rotos al caer vapuleados 4-0 por los holandeses en la segunda ronda del mundial de Alemania 74, en un encuentro épico. Los holandeses luego atropellaron al Brasil de Rivellino por 2-0 y, lamentablemente, cayeron en la final ante el equipo anfitrión, aunque su clase y talento quedaron plenamente plasmados en el terreno de juego ya que por largos ratos pasearon a quienes, a la postre, serían los campeones del mundo. Nadie discutió el título de Mejor Jugador del torneo que fue otorgado a Cruyff y pocas veces se ha visto a un jugador cargar de esa forma a su equipo y llevarlo hasta lo más alto.

A finales de 1973 el Ajax lo vende por la cifra record de 1 millón de dólares al Barcelona de España y continua ahí su legado. Jugó con Barcelona hasta 1978, año en el que anuncia su retiro, aunque reaparece en Estados Unidos primero con los Aztecas de Los Ángeles y luego con los Diplomáticos de Washington antes de regresar a España para un breve paso con el Levante y terminar su carrera en Holanda, primero con el equipo de sus amores, el Ajax y luego con su eterno rival, El Feyenoord.

Con ese historial, aunque habiéndose retirado muy joven, con poco más de 30 años cumplidos, ya era una estrella de alto nivel y sería considerado hasta nuestros días, como uno de los mejores jugadores de la historia pero su legado continuó como entrenador, a partir de 1985.

Desde sus inicios había sabido defender sus ideales y puntos de vista. Como jugador influyó claramente en el desempeño de sus equipos por lo que nadie se sorprendió que, al hacer carrera como técnico, también implantara su filosofía y contribuyera tanto a la obtención de títulos como al desarrollo y formación de grandes figuras.

Desde su llegada al Barcelona como técnico dio un giro radical a la forma de ver y jugar el futbol en el equipo. Sin duda, ha sido la semilla y en muchas ocasiones el motor que ha fructificado en el equipo que vemos ahora. En su momento, la gente del Barcelona hacía énfasis en el físico del jugador para ficharlo y dejaban de lado a los que no estaban tan bien dotados. A su llegada, hizo que el centro de atención volviera a ser el balón y se puso a trabajar con la cantera. Sus decisiones se basaban más en el talento del jugador que en su físico y supo combinar a su gente para implantar su estilo no sólo en el primer equipo sino en todos los equipos de fuerzas inferiores. A partir de ese momento, todos los equipos del Barcelona, desde infantiles, buscarían jugar igual y los técnicos del club tuvieron que cambiar sus criterios de selección y basarse en el talento mas que en la fortaleza física.

Rescató a Guardiola de la suplencia, lo subió al primer equipo y supo sacar lo mejor de muchos cuando pasaron por ahí. Su filosofía va mucho más allá del campo de juego, a tal grado que en Holanda se hizo un libro con sus declaraciones y hoy en día se estudia y se emplea en cursos de motivación personal para todos los ámbitos por lo que ha trascendido los campos.

Hay grandes entrenadores que exigen la contratación de estrellas a su llegada a un equipo. Acabamos de vivir el caso de Benítez con el Inter de Milán, mientras que gente como Cruyff y Guardiola, por citar dos personajes del mismo equipo, han sabido sumergirse en las fuerzas básicas imbuir un estilo y una filosofía desde abajo y darle oportunidad a la gente con talento.

En alguna ocasión, Johan Cruyff declaró: "demostramos al mundo que puedes divertirte mucho como futbolista, que puedes reír y pasártelo en grande. Yo represento una época que dejó claro que el futbol bonito es divertido y que, además, con él se conquistan triunfos".

Hasta hace poco colaboró con la presidencia del Barcelona e influyó en muchas de sus decisiones, desde el fichaje de Ibrahimovic, pasando por la salida de Eto'o y Guardiola no tiene problemas en reconocerlo como un amigo y un maestro de quien ha aprendido mucho en la vida. Fiel a su estilo y su filosofía, hoy defiende la gestión de Laporta desde sus editoriales en El Periódico de España y apoya firmemente a Guardiola.

Su vida se ha caracterizado por su férrea defensa de sus ideales y la plena asunción de sus responsabilidades. Ha sabido dar la cara tanto en la victoria como en la derrota y ha sabido dar la vida por quienes han depositado su confianza en él. Sus palabras de ánimo seguirán motivando a muchos, tanto jugadores de futbol como técnicos, ejecutivos o directores de empresa y su filosofía de vida quedará para la posteridad.

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