Sin hacer mayor
esfuerzo que el necesario, el Real Madrid mantiene su paso perfecto en la fase
de grupos al doblegar por 1 tanto contra 0 a los suplentes del Liverpool que
plantaron cara y no dieron mucha tela de dónde cortar para los madridistas que
controlaron el balón, el ritmo y las acciones en general.
Cuando ambos equipos
utilizaron a sus titulares en Anfield, los merengues se vieron muy superiores y
salieron victoriosos por lo que se esperaba que, ante los suplentes, el
conjunto albo aplastara pero los Reds no permitieron que eso pudiera suceder y
si bien cedieron toda la iniciativa a los locales, apretaron bien las tuercas
en la zona baja donde se batieron para mantener a flote el barco.
El Madrid jugó
confiado, paciente, en espera de un error que les permitiera abrir el marcador
pero los visitantes cerraron filas en la defensa y si bien no generaban peligro
en el ataque, tampoco permitían gran cosa en la defensa por lo que el duelo
nunca tomó el ritmo que esperaban los aficionados.
Casillas fue un
simple espectador más. Tuvo muy poca acción y nada que pudiera registrarse como
de verdadero peligro. La defensa alba estuvo bien a secas porque jamás fue
exigida y la media cancha copó con cierta facilidad al Liverpool en su propio
terreno.
Marcelo y Arbeola
iban y venían por los costados aunque el brasileño lo hacía con mayor
frecuencia y peligrosidad. Kroos y Modric contuvieron los pocos avances que
intentó el Liverpool e Isco y James estuvieron incisivos buscando a Benzema y
Cristiano en la delantera con jugadas de todo tipo, intentando vulnerar a una
defensa que se batía con todo para impedir cualquier intento de agresión.
El único gol del
partido cayó al 27' gracias a una jugada de Marcelo quien desbordó por la banda
izquierda y quebró hacia el centro en busca de un compañero. Su pase fue
buscando la llegada de Benzema a segundo palo y el francés no decepcionó al
depositar la esférica al fondo de las redes del conjunto visitante.
El gol no alteró el
guion y todo siguió igual. El Madrid presionaba y buscaba abrir el campo
mientras Liverpool se concentraba en no dar facilidades atrás. Para la segunda
parte y ante la apatía de los visitantes para atacar, el partido bajó de ritmo
y se adormeció por lo que Ancelotti hizo ingresar a Bale en sustitución de
James en busca de mayor profundidad y velocidad hacia el frente. El galés tomó
la banda derecha y, cual saeta, buscó perforar la defensiva roja generando
jugadas de peligro como un faul justo en los linderos del área del Liverpool
que el propio Bale desperdició al mandar un disparo que el arquero visitante,
Mignolet, despejó con las manos.
Nacho ingresó al 83'
y Chicharito al 87' pero ni así pudo rematar el partido el Real Madrid que
terminó conformándose con el 1-0.
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