La FIFA promueve con
bombo y platillos la gala que se llevará a cabo el próximo 11 de enero de
2016 en la que se anunciarán los
ganadores del Balón de Oro, la Jugadora Mundial de la FIFA, Premio Puskás y
mejores entrenadores de futbol tanto para torneos masculinos como para torneos
femeninos pero tras bambalinas se está llevando a cabo una fuerte lucha por las
reformas que se sabe son urgentes e indispensables en el seno del organismo y
que se deberán de aprobar en el Congreso Extraordinario de la FIFA que se
llevará a cabo el 26 de febrero de 2016 y en el que también se deberá de elegir
al nuevo presidente del máximo organismo rector del futbol mundial.
Para variar y no
perder la costumbre, FIFA nombró a un Comité de Reformas que se ha encargado de
analizar y discutir una serie de normas que le permitan al organismo recobrar
su identidad perdida y, por supuesto, recuperar la credibilidad. Este comité deberá
de entregar sus propuestas de reformas al Comité Ejecutivo o lo que queda de
dicho comité ya que 17 altos cargos del órgano de gobierno de la FIFA están
bajo proceso judicial en Suiza y/o Estados Unidos. Las propuestas serán
analizadas y votadas por el Comité Ejecutivo los días 2 y 3 de diciembre (hoy
miércoles y mañana jueves) y deberán ser presentadas en el próximo congreso
extraordinario para su aprobación por el pleno.
Los escándalos han
trascendido fronteras y la crisis institucional ha tocado fondo pero con todo y
eso, Joseph Blatter no ha dejado de externar su deseo de mantenerse en el cargo
y ya incluso barajaba la posibilidad de registrarse de nueva cuenta como candidato.
Por el momento, el suizo está entretenido en los tribunales peleando tanto por
evitar una inhabilitación de por vida por unos pagos efectuados a Michel
Platini, que por cierto también ha sido inhabilitado indefinidamente y también
quería competir para presidente de la FIFA.
Algunos de los
máximos patrocinadores han externado su exigencia de reformas y no han dudado
en expresar que de no hacerse, podrían dejar de participar y eso seguramente es
lo que más daño podría hacerle a la FIFA. Sin duda, estas expresiones tienen un
enorme peso específico en cualquier comité pero lamentablemente siempre
existirá la inercia que empuja a maquillajes simples en lugar de cambios
verdaderos.
Se dice que las
reformas que se entregarán hoy al Comité Ejecutivo incluyen ciertos límites
tanto para el presidente como para los miembros del comité ejecutivo entre los
que se encuentran:
Límite de mandato. En el congreso de Río de
Janeiro efectuado en 2014 ya se había planteado un límite de 12 años tanto para
el presidente como para los miembros del comité ejecutivo. Es una propuesta
sana y loable. Sin duda ayudaría a refrescar los altos mandos y sería un buen
instrumento para limitar las alianzas e incluso los apoyos indiscriminados pero
no es suficiente por sí mismo ya que al vencer el plazo, seguramente el
presidente y los altos cargos buscarán promover a amigos que les cubran las
espaldas e impidan una transición real.
Control de integridad. Se pretende someter
tanto al presidente como a los miembros del comité ejecutivo a controles que
impidan la vinculación de estos, ni de sus familiares o allegados con empresas
involucradas con la FIFA directamente o con la organización de mundiales de futbol.
De los alcances de estas propuestas depende en mucho el freno a la corrupción
reinante actualmente ya que, como se ha visto, se han tejido verdaderas marañas
de alianzas y contubernios que han saqueado tanto a la FIFA como a los países
miembros incluyendo a los organizadores de copas del mundo.
Política y gestión. Se pretende limitar el
poder del presidente de la FIFA y darle más poder al secretario general. Según
se comenta en la prensa internacional, el comité de reformas propone que el
presidente se dedique más bien a la representación de la FIFA y a sus políticas
en general y que el secretario general tome un papel más relevante y se
convierta en el ejecutivo. Esto busca acotar el poder que actualmente posee el
presidente y también es muy importante.
Transparencia económica. Esta transparencia
deberá de ser tanto para los máximos jerarcas incluyendo por supuesto al
presidente y al comité ejecutivo como se propone, sino que también debería de
incluir a todos los presidentes de todas las federaciones miembro y a todos los
proyectos de la FIFA ya que por medio de estos se pagaban y devolvían favores
unos a otros y siempre han sido un quebradero de cabezas para cualquier
auditor. Sobra decir que las auditorías deberán de efectuarse por medio de
empresas u organismos independientes que tengan capacidad de gestión.
Sin duda no será
fácil pero el viento sopla a favor y las condiciones son propicias para
gestionar reformas de verdad de devuelvan a la FIFA la credibilidad y el honor
perdidos para que sigamos teniendo futbol, que es lo que todo el mundo desea.
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