Powered By Blogger

miércoles, 13 de julio de 2011

Triste adiós

México cayó 1-0 con Uruguay en la Copa América celebrada en Argentina y fue eliminado del torneo como el peor equipo del mismo. Si bien el marcador no es para nada escandaloso, sí pudo serlo ya que los uruguayos dejaron ir cualquier cantidad de oportunidades que hubieran puesto aún más en evidencia el mal funcionamiento de la selección tricolor.

Desde 1993 México se ha convertido en un invitado permanente para la Copa América. Siempre había dado buenos partidos y los patrocinadores lo adoraban. Siempre había pasado de la fase de grupos y era una apuesta segura que aportaba muchas cosas positivas para los organizadores, pero en esta ocasión se decidieron a echar por la borda todo el prestigio ganado y dieron pena en el campo.

De nuevo, el planteamiento fue malo. De nuevo, la estrategia fue medrosa, parecía que México apostaba a no ser goleado más que a buscar una victoria que le abriera la posibilidad de limpiar aunque sea un poco su imagen. En este partido, México se paró con un 4-4-2 inédito, lo que nos dice que Tena sigue buscando una formación que le funcione. En la portería volvió a pararse Michel y de nuevo salvó más de un gol cantado. En la defensa estuvieron Aguilar, Mier, Reynoso y Chávez que fueron superados ampliamente por los ofensores charrúas una y otra vez. Era común ver a los defensas mexicanos recurrir a la falta ante la incapacidad de hacer bien las coberturas o bien de escalonarse en la marca.

La falta de coordinación entre líneas era evidente y muchos de los más peligrosos ataques uruguayos fueron producto de balones robados en la media cancha. Los contenciones de México, Enríquez y Reyes poco pudieron hacer ante la falta de compañeros libres a la hora de soltar el balón y la falta de precisión de ellos mismos. En las bandas jugaron Araujo y Ponce que estuvieron perdidos por largos ratos y en muy pocas ocasiones se juntaron con los medios de contención.

Arriba jugaron Giovani dos Santos y Rafael Márquez. Muy solos. Gio, como siempre, buscando más la jugada personal que le de el gol que habilitar a un compañero y aislándose mucho del resto. Rafael tuvo en sus botines el empate que hubiera sido de lo más injusto, pero le marcaron fuera de lugar por centímetros al final del partido. En el segundo tiempo, entró Oribe Peralta en lugar de Giovani, para darle un poco de más apertura al juego mexicano, pero no fue suficiente. De nuevo, Gio quedó a deber y se perdió por largos tramos del partido.

Uruguay no puso mucho de su parte para liquidar el encuentro ya que estrelló balones en el poste y se dio el lujo de fallar remates dentro del área chica mexicana. En algún momento, un comentarista se atrevió a decir que no querían ganar para evitar a Argentina por lo extraviada que tenían la brújula algunos de sus delanteros y ni qué decir de los defensas que también se iban alegremente al ataque de vez en cuando.

Si bien con la entrada de Peralta, Aquino y Pacheco por Gio, Paul Aguilar y Miguel Ángel Ponce le dio mejor cara a México, no se puede decir que haya sido realmente buena ya que la suerte jugó de su lado. El gol charrúa fue, para variar y no perder la costumbre, en una desatención en la marca de una jugada a balón parado en el primer tiempo, cosa que hubiera obligado a cualquier equipo a variar un poco su planteamiento defensivo, pero ni así se fueron al ataque. Las desatenciones fueron una constante en esta selección que mostró una falta de trabajo en los entrenamientos que es realmente preocupante.

El funcionamiento fue lo suficientemente malo como para que la Federación analice el trabajo de Tena y revise la factibilidad de su continuidad en el cuerpo técnico. Si bien México se salvó de una goleada, se ganó a pulso la abucheada y deja el torneo con mucha más pena que gloria en lo que es un triste adiós para quien fuera considerado un rival de cuidado en ediciones anteriores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario