Argentina se había complicado la vida solo. Dos inesperados empates con sabor a derrota lo habían situado en una posición precaria y en el ojo de la tormenta mediática. Para nadie es duda de que traen un equipazo y por lo mismo, la presión por verlos desarrollar su futbol es enorme. Todos, desde el técnico hasta los aficionados, quieren verlos jugar como juega el Barcelona pero Batista no había logrado que jueguen como equipo y sólo habían dado destellos con jugadas individuales. Cada vez que alguien cogía el balón, se enfilaba verticalmente a la portería para tratar de hacer su gol y esto facilitaba en mucho la labor de la defensa contraria.
Pero ayer la historia fue distinta. Borraron del campo a Costa Rica y se reencontraron con ellos mismos y con su público a costa de los ticos. Buen día escogió Messi para volver a la vida. Buen día para encontrar a sus compañeros y para que sus compañeros encuentren la portería contraria.
Dos goles del Kun Agüero y uno de Di María fueron suficientes para sentenciar el partido. Higuaín dejó ir cualquier cantidad de oportunidades, pero ayudó en mucho a su equipo aunque es indudable que la figura fue Messi que por fin se decidió a cargar con la responsabilidad y abrir el juego ofensivo alimentando con sus pases venenosos a quien se decidiera a ir al frente.
Messi hizo ver mal a los defensas ticos con su regate y sus pases. Costa Rica venía con el ánimo en alto después de haber vencido sorpresivamente a Bolivia, por lo que el partido era importantísimo para ambos, pero Argentina hizo su tarea y les pasó encima.
El cuadro pampero mostró cambios tanto de gente como de actitud que bien valieron la velada. Entraron como volantes Gago y Di María que supieron acompañar a Mascherano y surtir al Kun, Messi e Higuaín al frente. El Kun buscó todas desde la banda izquierda y fue un constante dolor de cabeza, pero lo que mató realmente a Costa Rica fue que Messi se decidió a crear juego y dejó de esperar pasivamente.
Argentina fue a presionar para recuperar el balón tan cerca de la portería contraria como les fuera posible. Robó balones en el medio campo haciendo ver mal a los ticos y, a partir de ahí, creó muchas opciones con una imaginación que brilló por su ausencia en los partidos anteriores. Messi no dudó en soltar el balón privilegiando esto a su regate y por tanto creando mucho más peligro para la portería contraria y el Kun e Higuaín lo agradecen mucho.
El 3-0 salió barato para los pupilos de La Volpe que bien hubieran podido recibir dos o tres más si Pipita hubiera salido más fino pero así es el futbol. Buen momento para volver a la vida y meterse de lleno a la competencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario