De luto

El futbol mexicano está de luto por el sensible fallecimiento de Ignacio Flores Ocaranza, figura histórica que ayudó a forjar mucho de lo que hoy es Cruz Azul, equipo para el cual jugó toda su carrera.

Ignacio, Nacho Flores, nació en el DF y fue invitado originalmente por el América para formar parte de sus fuerzas básicas cuando destacó, a los 16 años, en el ya extinto Torneo de los Barrios, pero rechazó la oferta y decidió probarse con el Pachuca, aunque el descenso de este equipo truncó su oportunidad de jugar en la Primera División.

En 1970 ingresa a las filas de la Máquina Cementera y en abril de ese año es inscrito como reserva profesional. Raúl Cárdenas le da la oportunidad de integrarse al primer equipo en 1972 y de ahí en adelante toma la titularidad de la lateral derecha y se convierte en un referente histórico para Cruz Azul.

Nacho Flores participó en el tricampeonato de Cruz Azul, conquistado en las temporadas 1971-72, 1972-73 y 1973-74, así como en el bicampeonato 1978-79 y 1979-80. Jugó un partido del Mundial Argentina 78, ante Polonia, con quien México perdió 3-1. Recibió 8 tarjetas rojas y 3 amarillas en 18 torneos, lo que habla de su fino desempeño. Sus compañeros lo recuerdan como un defensa limpio, que siempre se entregó por completo con amor por su equipo y sus colores y que aportaba una salida por el lateral derecho que no era común en aquellos tiempos.

Descanse en paz un gran jugador histórico, legendario que en mucho contribuyó a la leyenda del Cruz Azul. Un hombre apreciado y querido por sus compañeros. Un jugador grande de talla pequeña pero con una enorme personalidad que supo transmitir ese amor a la camiseta y ganarse el cariño y respeto de una afición que jamás lo olvidará.

Se une a Miguel "El Gato" Marín, Octavio "El Centavo" Muciño, Fernando Bustos, Cesáreo Victorino y Miguel Ángel Cornero quienes también formaron parte de aquel Cruz Azul histórico y si bien han dejado este mundo, siguen vivos en los corazones de la afición azul que jamás los olvidará. La dinastía celeste que se ganó a pulso el mote de La Máquina Cementera por su entrega, por su pundonor y obviamente también por sus éxitos bajo la siempre sabia dirección técnica de grandes como Raúl Cárdenas y don Ignacio Trelles.

Descanse en paz Ignacio Flores Ocaranza. La afición azul lo recordará con el cariño de siempre y vivirá eternamente en sus corazones.