El Barcelona de Guardiola no sabe hacer otra cosa que ganar y lo hace sin importar que aún esté muy lejos de su mejor forma. Hoy se ha impuesto 2-0 al Oporto para agenciarse la Supercopa de Europa.
Montecarlo ha sido testigo de esta nueva conquista blaugrana y en él han dispuesto de un Oporto que luchó y mereció más. Cuando mejor jugaban los portugueses, Guarín cometió un error al retrasar un balón y regalarle un mano a mano a Messi con el portero. El argentino no lo desperdició y se sacó de la manga una finta doble que dejó sembrado en el pasto al portero portugués y anotó un bello gol que dejaba un injusto 1-0 a favor del Barcelona que se había visto asfixiado por los portugueses que adelantaron líneas y les impedían tocar con la debida calma.
El Oporto no dejó jugar al Barcelona, le apretaba desde la salida y los hizo ver mal, faltos de ritmo y cadencia. A los azulgrana les salvaron de nuevo sus figuras que estaban prestas al contragolpe cada vez que había oportunidad. Guardiola notó que su equipo no tenía salida ni ritmo y movió sus fichas, sacando a Busquets y metiendo primero a Alexis para luego recurrir a Cesc (entró al minuto 79 en lugar de Pedro) con la intensión de ayudar a Iniesta que, como es su costumbre, cargaba con el equipo a cuestas.
Ya con Fábregas en el campo, el Barcelona pudo comenzar a jugar un poco más. Todavía lejos de su juego acostumbrado, pero ya más respondón, tomó el mando del partido. La velocidad y verticalidad de Cesc se acomodó magníficamente a los lanzamientos de Iniesta y Xavi y comenzó a crear peligro aún y cuando se perdieron muchos pases en varios intentos. Contrasta Keita en el mediocampo culé por varios motivos, si bien le añade fuerza y corpulencia, su toque y precisión están muy lejos de Xavi e Iniesta.
De nuevo el arbitraje jugó a favor del Barcelona y estos ya lo saben y lo aprovechan. Mascherano no dudó en exagerar cualquier cosa que pareciera falta al igual que Pedro y otros más, pero el que tuvo más suerte fue Abidal que cometió un claro penal que le perdonó el silbante sabe dios por qué.
De cualquier forma, el Barcelona no perdona y fue Fábregas quien se encargó de sentenciar el partido al aprovechar un pase de Messi y anotar el 2-0 definitivo. Ante esto, los portugueses ya perdieron un poco la cabeza y comenzaron a repartir leña, lo cual les costó la expulsión de Rolando y pudo haberles costado algo más.
Como ya se va haciendo costumbre, el Barcelona se agenció el título. No importa que hoy el Oporto haya jugado mucho mejor por largos tramos del partido o que el primer gol culé haya sido fruto de un regalo al retrasar el balón hacia el portero sin advertir la presencia de un atacante culé o que el árbitro les haya dado alguna ayudadita, lo han vuelto a hacer y Guardiola puede presumir de un trofeo más para las vitrinas del equipo de sus amores.
Con Guardiola ya van 12 títulos en 3 años. El propio Fábregas ya ha conquistado dos títulos en un par de semanas, la misma cantidad que conquistó en su paso por el Arsenal. A este paso ¿quién parará al Barcelona?
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