El Real Madrid se aplicó de nuevo y aún así volvió a caer. No cabe duda que los merengues se esforzaron y buscaron con todo la victoria pero el Barcelona salió avante con un 3-2 que los eleva de nuevo a la gloria y les da el primer trofeo en disputa que, por si fuera poco, hace de Guardiola el técnico que más títulos ha obtenido en la historia del equipo con 11 títulos, uno más que su maestro Johan Cruyff.
Cesc Fábregas no podía pedir mejor debut. Ha sido un partido intenso, muy disputado, muy lejos de cualquier partido de pretemporada. Mourinho dio la orden de atacar y presionar al Barcelona desde su salida, incomodando y asfixiando el excelso juego que suelen dar. Esta orden del estratega lusitano revolucionó enormemente a sus jugadores y algunos cayeron incluso en jugadas de exagerada dureza. Tal es el caso de Pepe que en muchas ocasiones entra con demasiada fuerza.
El Madrid salió con furia, desbocado, peleando cada balón pero también discutiendo cada jugada y el Barcelona fue mucho más cauto, buscó hacer su juego y trató en todo momento de elaborar sus jugadas en base a ese toque magistral que han logrado entretejer en su media cancha. Fue así que, aprovechando espacios, Messi logró colarse y filtrar un pase magnífico que dejó solo a Iniesta frente a Casillas para el primer gol, todo un poema de toque, movilidad y entendimiento.
Y es que hoy no hemos visto al Barcelona rayando en la perfección pero aún así ha sido suficiente para doblegar a un Madrid que jamás se entregó y que luchó con sus mejores armas aunque tal vez con muy poca calma. Tal y como le sucedió en el Santiago Bernabeu, no supo rematar al rival y traducir en goles su superioridad cuando la tuvo. Logró empatar y siguió insistiendo pero volvió a caer en desventaja hasta que Benzema aprovechó un pase de cabeza de Pepe después de una serie de rebotes en el centro del área para el 2-2.
Al final ganó el Barcelona con una genial jugada de Messi, el mayor tormento madrileño. Los blaugranas se llevaron la Supercopa y los merengues perdieron la cabeza y armaron gran alboroto al final del partido con una gresca que se originó después de fuerte entrada de Marcelo sobre Cesc en los segundos finales del cotejo.
El Madrid se ha acercado al Barcelona pero no ha sido suficiente y ha tenido que bajar la cabeza ante la brillantez de las figuras culés que han tenido la puntería que tanta falta le hizo a los albos que supieron presionar pero no fueron capaces de anotarles en los momentos precisos y tendrán que conformarse con un amargo segundo lugar para iniciar el año futbolístico.
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