El Manchester United dio un golpe de autoridad y venció a su vecino y archirival, el Manchester City para conquistar la Community Shield, también conocida en el mundo como la Supercopa inglesa. El Man C, se ha armado hasta los dientes en los últimos años para darle pelea a los Diablos Rojos y conquistar títulos, cosa que había sido imposible hasta el año pasado que lograron pelear por buen trecho del campeonato entre los primeros lugares de la Liga Premier inglesa y conquistaron el título de Copa, pero eso tiene sin cuidado a Ferguson y compañía que, de un manazo, los devolvió a su sitio.
El Manchester City está obsesionado con vencer a su enemigo y ha abierto la chequera gastando una considerable cantidad de dinero para reforzarse. Quiere pelear junto con los Diablos Rojos, el Chelsea y el Arsenal el título de liga, por lo que podemos decir que el partido disputado en el fin de semana fue algo así como un aperitivo de lo que viene.
Los "Citizens" se habían ido al frente con dos goles sin respuesta de los Diablos Rojos y tenían el control del partido, por lo que ya nadie se esperaba el dramático final que se dio, cuando los pupilos de Ferguson se levantaron de la lona y le dieron la vuelta al marcador para sentenciar el partido 3-2 ya sobre el final del tiempo reglamentario.
El Manchester City sigue mostrando fuerza y ganas, con una dinámica tremenda, pero falto de creatividad e imaginación. Los "ciudadanos" tienen fuerza y músculo, pero carecen de un medio creativo que aporte esa dosis de ingenio requerida para quebrar a un equipo como el United, bien plantado, acostumbrado a ganar y que no le tiene miedo a nada.
Por su parte, el Manchester United tampoco presume de mucha creatividad en la media cancha, pero es un equipo acostumbrado y con estilo propio. Su gente ya se conoce al dedillo el libreto de Ferguson y lo llevan a cabo con la naturalidad de un multicampeón. En definitiva, la formación ya está hecha para el Chicharito, a quien extrañaron en el eje del ataque, pero aún así, fueron capaces de ensartar tres dianas en los momentos precisos para dar un golpe de autoridad ante su vecino respondón.
Manchester City tiene una delantera de miedo, con Balotelli, Dzeko y Tévez se dieron el lujo de mantener al Kun Agüero en la banca, pero todos ellos suspiraban por un buen pase a modo que los dejara libres y en ventaja ante la bien custodiada puerta del Man U. Si logran conjuntar a esos 4 monstruos, los azules darán mucho de qué hablar en la temporada, pero existe el temor fundado de futuros problemas dado el historial de Balotelli que no merece mayores explicaciones y las ganas de salir de Tévez que ha montado toda una telenovela al respecto. Mancini tiene mucho trabajo por hacer y ya existe presión por parte del público y la prensa que le han cuestionado el estilo desde el primer momento.
Mancini jugó como le gusta, bien parado atrás y agazapado en busca de rápidos contragolpes que explotaran las cualidades de sus tremendos delanteros. Su equipo no tiene medios creativos porque a los que tiene los pone a defender y no le importa ceder terreno. Así las cosas, una vez anotado el segundo gol, tiró atrás a su equipo descaradamente y en el pecado llevó la penitencia ya que los Diablos Rojos supieron reaccionar y llenaron de cuero a portería de sus rivales.
Ferguson le ganó de nuevo la batalla a Mancini quien seguirá remando contra la corriente y jugando conservadoramente pero cada vez está mejor armado para pelear una guerra sin cuartel. Por lo pronto, la primera batalla del año, la supercopa inglesa, es del Manchester United.
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