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martes, 2 de agosto de 2011

Perpetuos cambios

La Asociación de Futbol Argentino anunció que Alejandro Sabella será el nuevo Director Técnico albiceleste en sustitución de Sergio Batista que había tomado el timón a partir de la caída del equipo argentino en el Mundial de Sudáfrica 2010 donde fue dirigido por Diego Armando Maradona.

Batista cayó víctima de los malos resultados obtenidos en la Copa América celebrada en su país donde no sólo no logró los triunfos buscados sino que estuvo lejos del futbol deseado para un equipo con tantas estrellas. Según informan en varios medios de comunicación, Batista es el primer entrenador argentino despedido en los últimos 35 años, ya que todos los anteriores había concluido su contrato o habían renunciado.

Argentina es un país acostumbrado a los éxitos futbolísticos y, hasta cierto punto, están siendo víctimas de esto ya que cuando llega un certamen y su equipo no logra el título, la presión crece contra el entrenador y tiende a aplastarlo. Después de dos títulos del mundo, obtenidos en 1978 y 1986, Argentina se acostumbró a ser protagonista de cualquier torneo.

Tanto Menotti en 1978 como Bilardo en 1986 ejercieron su puesto con estilo y luz propias generando una interminable polémica entre dos visiones del juego: la creatividad y libertad para desarrollar un juego ofensivo por un lado y la obsesión por cerrar espacios e impedir el juego del rival antes de liquidarlo.

Argentina siempre se ha caracterizado por contar con cualquier cantidad de estrellas disponibles para la Selección y eso hace que el trabajo del técnico se complique porque por un lado tiene que tejer un equipo a partir de grandes egos y por el otro tiene la presión de la afición y prensa que esperan resultados inmediatos.

Ese mismo sentimiento de grandeza que ayuda a cada jugador a triunfar por sí mismo en cualquier escenario le pone piedras en el camino al técnico ya que el vestidor se puede convertir en una hoguera de vanidades muy compleja. Un Director Técnico debe, forzosamente, tener la capacidad de tomar el liderazgo para que todos dejen de un lado sus enormes egos y piensen más en el equipo, cosa que ha logrado muy bien Tabárez en Uruguay, por citar un ejemplo.

Cualquier técnico también tendrá el problema del poco tiempo disponible para trabajar con las estrellas que juegan en Europa, así que la parte emocional es clave. Maradona es una figura admirada por todos los jugadores y muchos pensaron que eso era suficiente para lograr armar un equipo pero los resultados no se dieron y ahora Argentina ha contratado a su 6o técnico de la década.

¿Podrá Sabella ser esa persona que por fin conjunte un equipo capaz de brillar más allá que sus estrellas por separado? ¿Tendrá la libertad y el tiempo suficientes para llevar a cabo su trabajo? ¿Cuánto tiempo le dará la prensa antes de comenzar a atacarlo? Son muchas interrogantes para un país acostumbrado a los títulos pero que no ha logrado obtener ninguno en la última década.

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