Chile ha comenzado
con el pie derecho la que espera sea su fiesta, su Copa América, al derrotar
por 2 tantos contra 0 a un Ecuador que supo sellar bien la defensa y tuvo en el
esfuerzo físico a su mejor aliado y le complicó seriamente las cosas al conjunto
local.
El partido comenzó a
todo vapor, con la Roja empleándose a fondo y presionando sobre el área
ecuatoriana. Durante los primeros instantes parecía que Chile abriría el
cascarón pero los intentos fueron infructuosos y la defensa ecuatoriana se fue
asentando cada vez mejor sobre el terreno de juego, imponiendo su físico y
frenando las embestidas de la Roja, que, sin desearlo, fue dejando cada vez más
aislado a Alexis que corría en punta ya que los enganches, Valdivia y Vidal, no
podían burlar el fuerte dispositivo de seguridad presentado por Ecuador.
Chile controlaba el
esférico pero carecía de profundidad y su juego era muy horizontal. La muralla
ecuatoriana ya había sellado el ingreso al área y los visitantes comenzaron a
mostrar escaramuzas y pusieron a trabajar a Claudio Bravo, arquero de Chile, aunque
tampoco tuvieron suerte y ambos equipos se fueron al descanso con un bien
trabado 0-0.
Para
la segunda parte, Sampaoli hizo ingresar a Eduardo Vargas en sustitución de
Jean Beausejour para darle mayor proyección a su delantera pero ni así pudo Chle romper el muro defensivo
ecutatoriano que parecía imponerse de todas todas hasta que, cuando ya corría
el 65', en un grave error, Miller Bolaños trabó a Vidal dentro del área y el
árbitro no dudó en marcar la pena máxima que el propio Vidal convirtió en gol
al 67'.
Ecuador comenzó a
empujar con fuerza hacia el frente y, con mucho físico de por medio, a punto
estuvo de emparejar los cartones pero Enner Valencia estrelló un cabezazo en el
larguero cuando Claudio Bravo ya estaba vencido y, de esa jugada, surgió un rápido
contragolpe en el que Alexis logró escapar y sirvió magistralmente para Eduardo
Vargas quien mandó el esférico al fondo de la portería para el 2-0 al 84'.
Chile ha hecho la
tarea y ha presentado sus cartas credenciales al vencer a un rival duro y
difícil que si bien los hizo sudar, terminó inclinándose y ahora se verá
forzado a recomponer el camino en sus próximos enfrentamientos si no quiere
irse temprano a casa.
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