Triste adiós

Joseph Blatter ha anunciado en una conferencia de prensa en Suiza que renuncia a su cargo de presidente de la FIFA y que convocará a un congreso extraordinario electivo para definir al próximo presidente del organismo.

Blatter ha dicho que "a pesar de haber sido mayoritariamente apoyado en las elecciones, ese apoyo no lo comparten todos. Por eso pongo mi renuncia a disposición de los dirigentes del mundo. Tomo la decisión de renunciar para limpiar la imagen de la FIFA" y, contrario a lo declarado el pasado viernes, añadió: "la FIFA necesita una profunda reestructuración".

Blatter fue reelegido por 5a ocasión el pasado viernes 29 de mayo, apenas dos días después de haber estallado un escándalo sobre corrupción que involucra a altos mandos del Comité Ejecutivo de la FIFA. Joseph Blatter jamás jugó futbol profesional pero siempre ha afirmado que sí lo hizo como amateur. Llegó a la FIFA como director técnico en 1975, después de haber sido secretario general de la Federación Suiza de hockey sobre hielo, en 1981 ascendió a secretario general de la FIFA, durante el mandato de Joao Havelange y se mantuvo en dicho cargo hasta 1998, año en el que fue elegido por primera vez como presidente del máximo organismo del balompié mundial.

El pasado viernes había insistido en que los delitos se circunscribían a CONCACAF y CONMEBOL pero que la FIFA no estaba directamente implicada y, por lo tanto, no veía motivo alguno para no lanzarse de nueva cuenta a una reelección pero trascendió que la investigación en los Estados Unidos también incluía a Jerome Valcke, su mano derecha y actualmente secretario general de la FIFA, por una transferencia de 10 millones que surgieron desde la Confederación Sudafricana de Futbol y fueron a parar a cuentas de uno de los dirigentes detenidos la semana pasada. La FIFA ya se había deslindado del asunto diciendo que la federación sudafricana había realizado esos pagos como "apoyo para el desarrollo del futbol en el caribe" pero los investigadores norteamericanos sospechan que más bien podría tratarse de un soborno para obtener los votos de los países caribeños para obtener la sede del mundial de futbol para Sudáfrica, lo cual en efecto se dio.