Con buena dosis de
sufrimiento y después de haber estado abajo en el marcador, el Athletic Club de
Bilbao conquistó el pase a la UEFA Champions League al derrotar por 3 goles
contra 1 al Nápoles en San Mamés.
El partido fue
disputado intensamente por ambos equipos que pusieron toda la carne en el
asador desde el inicio. Tanto españoles como napolitanos pelearon en todos los
rincones del terreno de juego y se brindaron en todo momento pero los errores
terminaron sepultando al Nápoles después de haber hecho un gran partido y
cuando parecía enfilarse hacia la máxima competición europea.
El Athletic empujó
hacia el frente desde el silbatazo inicial pero se topó con un bien parado
Nápoles que mostró gran seguridad en la zaga en el inicio y frenó sus embates,
aprovechando muy bien cada balón perdido para tejer sus contragolpes a toda
velocidad.
Nápoles parecía
ceder tres cuartas partes del terreno de juego pero una vez que los locales
buscaban profundidad, los visitantes apretaban y robaban el balón,
desestabilizando muy bien a los bilbaínos con sus rápidos avances a la contra.
Para el Athletic era vital cuidar la retaguardia pero cuando corría el 47',
Hamsik encontró un balón que el arquero del Athletic, Iraizoz, había rechazado
hacia el centro, se acomodó y mandó un soberbio disparo pegado al poste
izquierdo de la portería local para anotar el 0-1 que ponía momentáneamente al
Nápoles en la Champions.
El Athletic buscó
responder y volvió a lanzarse con todo hacia el frente pero los napolitanos los
esperaban bien acomodados y seguían respondiendo con peligrosos contragolpes
que generaban buena dosis de peligro. Una y otra vez, los avances del Athletic eran
frenados por la defensa italiana que mostraba temple y oficio pero cuando
corría el 60' comenzó a escribirse la debacle napolitana. Un grave error de
marcación permitió a Aduriz recibir el balón solo en el borde del área chica,
bajarlo, acomodarse y fusilar al arquero visitante, Rafael Cabral para el 1-1
que enloquecía a la fanaticada que había abarrotado San Mamés.
Un nuevo error
defensivo hundió más al Nápoles al 69'. Un largo balón que parecía controlado
por la defensa visitante fue robado por Aduriz quien, con un toque, dejó
parados a dos defensas y al portero que inexplicablemente había salido de su
área buscando cortar el avance y simplemente tocó hacia la portería para poner
el marcador 2-1 y darle la vuelta al partido.
El último clavo en
el ataúd del Nápoles se dio al 74' cuando un balón filtrado por Unai López
Cabrera, que debió de marcarse como fuera de lugar puesto que había un
delantero local en claro fuera de juego al momento del toque, llegó a los pies
de Ibai y este lo mandó al fondo de la portería visitante para el 3-1
definitivo que le daba la clasificación al Athletic Club de Bilbao a la UEFA
Champions League y enloquecía a su fanaticada.
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