Las
Chivas Rayadas de Guadalajara conquistaron por décimo segunda ocasión el título
de Campeón de la Liga Bancomer MX al derrotar por 2 goles contra 1, 4 a 3 en el
global, a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León en un partido
candente celebrado en el Estadio Chivas.
Ambos
equipos saltaron al terreno de juego con la intención de alzarse con la
victoria y de inmediato quedó en claro que el choque sería peleado a vida o
muerte. Los Tigres comenzaron un poco mejor y empujaron a las Chivas a su
propio campo pero el Rebaño supo resistir los embates del conjunto visitante y
respondió con contundencia.
Corría el
16' cuando Oswaldo Alanís tomó el balón a la altura del medio campo y mandó un
magnífico pase flotado para Alan Pulido que midió el esférico, aprovechando que
Juninho no leyó bien la jugada y le dio tiempo y espacio, y mandó un soberbio
disparo con la parte interna del pie para vencer a Nahuel Guzmán y poner el
marcador 1-0 ante la algarabía de la afición rayada que enloquecía en las
tribunas.
La
anotación cayó como un balde de agua fría para los felinos que se desdibujaron
rápidamente, lo que aprovechó el Rebaño para robarles el balón y la iniciativa,
causando estragos, sobre todo con los pases filtrados entre líneas y las
incorporaciones de Alanís, Pineda y Vázquez que apoyaban tanto en la defensiva
como en la ofensiva. Pulido, Pizarro y Calderón fueron un constante dolor de
cabeza para la zaga neoleonesa que sufrió para frenarlos.
Chivas se
adueñó del partido y generó las mejores llegadas de gol ante unos Tigres
enganchados en el juego físico y faltos de reacción y coordinación para
contrarrestar el excelente planteamiento táctico de las Chivas que mordían a lo
largo y ancho del terreno de juego, impidiendo el traslado del balón de los
visitantes que insistían, pese a todos los problemas existentes, en salir
jugando en lugar de saltar líneas.
Cuando ya
corría el 70', Carlos Fierro, que había entrado al 58' por Néstor Calderón,
tomó un balón por la banda derecha y, con apuros, logró superar al lateral para
llegar a línea de fondo y centrar al corazón del área pero un defensa visitante
logró cortar el centro aunque, para la mala fortuna de los Tigres, el rechace
cayó a los pies de José Vázquez y, el Gallito no dudó en mandar un fogonazo que
rosó a un defensa contrario y se fue a incrustar en la portería custodiada por
Nahuel después de pegar en la base del poste contrario para poner el marcador
2-0.
Las
Chivas dominaban a placer a los Tigres, que parecían dormidos y caían presas de
la desesperación. La marcación encimosa e incómoda ejercida por los jugadores
del Rebaño Sagrado hacía estragos en los nervios de los felinos que buscaban
afanosamente acercarse en el marcador pero que no encontraban la profundidad
suficiente para lograrlo y tardaron muchísimo en poner a trabajar a Cota que,
pese a verse un tanto nervioso, sobre todo al principio del cotejo, logró
salvar a su equipo de una anotación en un peligroso mano a mano.
Tigres se
lanzó con todo hacia el frente y comenzó a asediar el área del conjunto local,
que defendía con todos sus hombres, que se multiplicaban en las inmediaciones
de su meta para impedirle el paso a los felinos hasta que, cuando ya corría el
88', Ismael Sosa logró darse la media vuelta en los linderos del área y mandó
un excelente disparo que venció, por fin, a Cota para acercar a Tigres 2-1.
Los
minutos finales fueron candentes, con Tigres volcado encima del área de Chivas
y, con una desafortunada jugada en la que el árbitro, que se encontraba a unos
metros de distancia, no se atrevió a marcar un claro penal a favor de los
felinos que reclamaron airadamente.
Las
Chivas lograron resistir a pie firme y se alzaron con la corona, la décimo
segunda de Campeones de Primera División que ingresa a sus vitrinas. Tigres
vendió cara su derrota y murió con la frente en alto, peleando hasta el último
instante pero cediendo ante un equipo que le supo jugar y lo superó los dos
partidos de la gran final.
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