Los
Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León lograron rescatar un empate a
dos goles gracias a anotaciones de André-pierre Gignac en los últimos minutos
del encuentro.
Ambos
técnicos variaron en sus esquemas y adaptaron la formación de sus respectivos
equipos para esta gran final del futbol mexicano. El Tuca apostó por un 4-2-3-1
en el que Sosa, Zelarayan y Aquino hacían labores de mediocampistas y también
se agregaban al ataque para apoyar a Gignac. Matías Almeyda, por su parte,
mandó al terreno de juego un 4-2-1-3 que podía comprimirse en 4-5-1 y
desplegarse en 4-2-4.
El
encuentro inició como se esperaba, con Tigres volcado hacia el frente,
dominando el esférico y los tiempos y generando acciones de peligro sobre el
área visitante. Las Chivas se supieron replegar y aguantaron a pie firme los
embates iniciales aglutinando un doble muro defensivo que podía incluir hasta 9
defensores que copaban los espacios en la zona baja y cerraban los caminos para
apoyar a Cota bien parapetados en la zona baja.
Tigres se
veía dominador y todo parecía indicar que no tardaría en reflejarlo en el
marcador pero, cuando corría el 23' sobrevino un grave error del arquero del
conjunto universitario, Nahuel Guzmán, y el Rebaño Sagrado se fue al frente. El
Guadalajara mandó prácticamente a todas sus unidades al frente en un tiro de
esquina que se cobró desde la banda izquierda y, para su buena fortuna, Nahuel
no pudo retener un balón que parecía fácil y lo estrelló en el pecho de
Advincula al querer despejar de puños. El rebote cayó a los pies de Alan Pulido
quien en una rápida reacción se adelantó a todo mundo y mandó el esférico al
fondo de la portería para anotar el 0-1 y enfriar de buenas a primeras la
algarabía que se vivía en el graderío del Volcán. Los de Jalisco se habían ido
al frente y anotaron en su primer disparo a puerta, un pésimo presagio para la
defensiva del conjunto universitario.
El golpe
fue duro para Tigres que perdió verticalidad y comenzó a tocar el balón
intrascendentemente de un lado a otro en busca de un resquicio por dónde
colarse para generar de nueva cuenta peligro sobre la puerta de las Chivas.
El orden
táctico del chiverío se imponía sobre las ganas de desbordar de Tigres y el
balón circulaba fuera de la zona de peligro. Para colmo de males, cuando corría
el 42', Michael Pérez tomó un balón a tres cuartos del campo y sirvió un
excelente pase filtrado para Alan Pulido que entró al área y disparó con fuerza
hacia la portería. Si bien el tiro era potente, parecía fácilmente controlable
para un arquero de la experiencia y capacidad de Guzmán pero el cancerbero del
conjunto local lo rechazó justo para donde llegaba Pizarro que, agradeciendo el
regalito, lo empujó al fondo de la portería para el 0-2 que enmudecía al
Volcán.
El gol
cayó como balde de agua fría tanto para la afición como para los Tigres que se
desdibujaron totalmente y naufragaron en un mar de dudas durante casi toda la
segunda mitad en la que controlaron el esférico pero carecieron totalmente de
profundidad y no fueron capaces de generar opciones de peligro hasta que,
cuando ya corría el 84', Damián Álvarez desbordó por la banda izquierda y
sirvió un centro al corazón del área donde apareció Gignac para rematar en
forma incómoda y apuntarse un golazo que devolvía el alma al cuerpo de los
felinos y ponía el marcador 1-2.
Ya en el
87', Gignac aprovechó un trazo larguísimo, se llevó por piernas al arquero y
anotó el 2-2 que rescataba un impensable empate para los Tigres universitarios
en su propio campo.
Ahora
Chivas y Tigres tendrán que resolver quién será el campeón del futbol mexicano
en el partido de vuelta que se celebrará el próximo domingo 28 de mayo en el
Estadio Chivas de la Ciudad de Guadalajara.
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