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lunes, 14 de marzo de 2011

El 50 aniversario del CUM de Mérida

El pasado sábado se llevó a cabo el encuentro deportivo entre rojos y azules con motivo del 50 aniversario del Centro Universitario Montejo en las instalaciones del propio CUM en Cordemex, Mérida en el que integrantes de 47 generaciones nos enfrentamos en partidos de futbol, volibol y basquetbol en una jornada intensa, llena de camaradería, amistad y buenos recuerdos.

Fue realmente grato encontrar a viejos amigos, revivir viejas historias y, por supuesto, viejas rivalidades. Durante nuestro paso por la institución, todos hemos contribuido de alguna manera u otra para que sea lo que es ahora. Convivimos durante años y creamos muchos vínculos que hasta el día de hoy nos acompañan.

Los encuentros deportivos se dividieron por grupos de generaciones, de 8 en 8, de tal forma que competíamos con ex compañeros que, en su tiempo, acostumbrábamos verlos en la escuela. Así, se daban encuentros entre generaciones que convivieron en su paso por la institución y era grato recordar lo que se vivió en aquellos tiempos.

En las competencias infantiles y juveniles, se divide a los grupos por edades y la escuela trataba siempre de hacer equipos por salones, de tal forma que los nacidos en los años 65 y 66 competían un año con los del 67 y 68 y el otro con los del 63 y 64. De ahí se fueron formando rivalidades deportivas que enriquecieron siempre la competitividad de la institución y nutrieron los estantes de trofeos ganados a base de entrega y esfuerzo.

Así mismo, siempre ha sido práctica de la institución involucrar a los que van creciendo con generaciones venideras, por lo que en muchas ocasiones, un equipo es entrenado por alguien apenas unos años mayor y también se crean lazos muy importantes que ayudan mucho en ese sentimiento de unidad y equipo.

Así pues, en nuestro grupo de generaciones había que enfrentar a algunos que habían sido nuestros entrenadores y maestros en algún momento y a otros con los que nos acostumbramos a competir toda la vida. Eran partidos a eliminación directa por lo que no había lugar para errores y, en definitiva, el objetivo principal era divertirse y convivir para festejar los 50 años de nuestra institución.

El primer partido fue mero calentamiento. Comenzó muy entretenido y fue muy divertido. Jugaron todos y entraban al campo sin ton ni son, por lo que se volvió una verdadera pachanga, ya que en total éramos más de 20 en el equipo. Ganamos bien, en parte a las grandes intervenciones de nuestro gran portero, Jaime Barahona, que sigue en plena forma a pesar de que ya hace algún tiempo que se retiró de nuestro glorioso equipo de primera fuerza estatal. Teníamos una columna vertebral fuerte, bien plantada y teníamos esa sensación de que en el momento en el que nos lo propusiéramos, podríamos vencer a cualquiera, pero primero había que divertirse.

El segundo partido fue contra una generación en la que militaban viejos conocidos. Algo mayores que nosotros, se habían dado el tiempo de apoyarnos como maestros o entrenadores y habían convivido mucho más de lo que se pudiera suponer. Comenzamos ganando 2-0 con cierta facilidad pero el hecho de haber sido "pupilos" de más de uno hizo que nuestro rival sacara el orgullo y buscara el empate con determinación. Nosotros ayudamos un poco debido al desorden que se creó al hacer todo tipo de cambios y seguir en nuestro ambiente de fiesta, pero al recibir el empate y vernos dominados también nos serenamos e hicimos regresar al campo a nuestros mejores elementos, comandados por Víctor Montes y Juan Pablo Monforte en la media, teníamos a Alejandro Cámara y Tony Baduy en la delantera y todo se apoyaba en Elmer Durán y Julián Carrillo en la defensa central. El partido se puso muy interesante y cerrado. Durante unos minutos se dieron buenas jugadas de futbol y se luchó cada balón en todo el terreno. Logramos el gol de la ventaja y el pase a la final con un bonito esfuerzo ante un gran rival que supo crecerse ante la adversidad.

La final fue ante nuestros grandes rivales de toda la vida. Ahí estábamos de nuevo. Como en su momento estuvimos cuando pasábamos por la secundaria y prepa y ¿como olvidar aquella final de Juvenil A cuando Hugo Miset, Carlos Saenz, Antonio Nechar y compañía nos ganaron en penales? Los viejos recuerdos llegaron de inmediato. Aquellas grandes batallas de antaño. La pregunta obligada era simple y la hizo perfectamente Javier Abraham quien, por lesión, podría no ver acción: ¿Queremos que sigan jugando todos o queremos ganar este partido? Si la respuesta era ganar, el propio Javier quedaría fuera de la acción por su rodilla lesionada y la respuesta del grupo fue unánime: vamos por todo. Si bien llegamos divirtiéndonos, no podíamos perder el siguiente partido y lo tomaríamos en serio.

Nuestros amigos hicieron lo propio y también lo tomaron en serio. Presentaron cuadro de lujo y se plantaron perfectamente bien en el campo, por lo que fue un encuentro cerrado y bien jugado. Ambos cuadros luchamos y disputamos los balones por todo el terreno de juego y sin importarnos los dos partidos disputados anteriormente en ese mismo día, sudamos la camiseta. Para nuestra desgracia, uno de los pilares del equipo, Julián Carrillo, fue suspendido por haber sido expulsado injustamente en el partido anterior, así que tuvimos que hacer un cambio en nuestra columna vertebral haciendo ingresar a Javier "Bonch" Muñoz en la defensa central adelantada y encargándole cubrir a "Bibicho" un viejo lobo de mar que sabemos que es muy peligroso.

La intensidad del partido se vivió en ambas bancas y conforme se fue haciendo necesario, ambos equipos fuimos cambiando gente. No era para menos, traíamos dos partidos a cuestas y nadie quería regalar nada al contrario. Sin importar el estado físico actual, quien entraba lo hacía con todo, sin dar ni pedir cuartel.

Un gran gol de Víctor "Six" Montes de Oca nos puso al frente e hizo el partido aún más intenso. Nuestra defensa tuvo que fajarse y emplearse a fondo para resistir los embates azules comandados ya plenamente por Erick Esteban quien haciendo gala de su buen estado físico corrió como en sus viejas épocas y surtió de balones a sus compañeros. Fue precisamente él, con su ímpetu, quien tuvo el empate a modo, pero cabeceó por arriba de la portería.

El partido terminó 1-0 y nos fundimos en un abrazo. Para ambos equipos había sido emocionante, digno del festejo que nos había convocado. Agradecidos con la institución y con las personas que la conforman, decidimos dedicarle el triunfo y todo el esfuerzo a quien fue nuestro maestro, mentor y amigo: don Benjamín "don Chemo" Gómez y Javier "Bonch" Muñoz le dedicó unas palabras a nombre de todos. No tenemos ni la menor duda de que don Chemo, desde donde esté, estará orgulloso de este nuevo triunfo de su "generación perdida".

Al final, las generaciones pares que vestíamos de rojo, le ganamos a las impares, que estaban de azul, por 34 puntos contra 30, así de reñido estuvo el encuentro. En horabuena por los organizadores, esperemos que se repita pronto. Un abrazo para toda la comunidad montejista.

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