La
Selección Alemana de Futbol por fin ha logrado romper el maleficio al imponerse
en la tanda de penales, después de 18 lanzamientos, a una pundonorosa Italia
que logró empatar a 1 gol gracias a una pena máxima en el tiempo reglamentario
luego de que los teutones se fueran arriba en el 64' con una anotación de Özil.
El
partido fue peleado y disputado con fuerza. Los dos equipos querían la victoria
y ambos técnicos hicieron un importante trabajo previo estableciendo una
estrategia sobre el terreno de juego en busca de la victoria. Antes incluso del
silbatazo inicial, el partido ya había comenzado y Joachim Löw sorprendió al
cambiar el parado táctico de su equipo, utilizando un 3-4-2-1 para enfrentar el
3-3-2-2 que Antonio Conte estableció con
Italia.
Alemania
tuvo que emplearse a fondo para forzar la eliminación italiana y romper un
maleficio que les había impedido, hasta ahora, vencer a Italia en torneos
oficiales, para lo cual no fueron suficientes los 90 minutos reglamentarios ni
los 30 minutos extras, por lo que tuvieron que recurrir a la tanda de penales
y, después de 18 disparos a puerta, en una espera que parecía interminable,
doblegar a la scuadra azzurra por 6 goles contra 5.
Ambos
equipos defienden muy bien y saben mantener un orden táctico envidiable. Contra
viento y marea, alemanes e italianos se enfrascaron en una dura lucha táctica,
física y mental desplegando un excelente futbol y buscando la portería
contraria, cada quien con estilo y método propios.
Antonio
Conte logró establecer una estrategia con la azzurra y supo imponerse
tácticamente a todos sus rivales en esta EURO 2016. Los italianos se habían
visto muy compactos pero también habían sabido desplegarse para abrir el campo
a velocidad y con mucha profundidad a la hora de atacar, por lo que Löw decidió
hacer modificaciones en el parado de Alemania, sorprendiendo al propios y
extraños y demostrando que el campeón del mundo, aparte de todo, tiene una
enorme flexibilidad. Alemania logró así neutralizar a Italia que tuvo bajas
importantes, sobre todo en la zona de creación de la media cancha y Conte se
vio obligado a integrar al cuadro titular a suplentes que, a pesar de todo,
hicieron un gran trabajo.
Löw logró
que su equipo controlara el medio campo utilizando a Müller, Özil, Khedira y
Kroos para implementar un escudo que le permitiera adueñarse del balón y
establecer los tiempos. Poco importó que Khedira se resintiera de una lesión
muscular y tuviera que abandonar el terreno de juego ya que Bastian
Schweinsteiger entró en sustitución y realizó un gran trabajo, demostrando su
experiencia y versatilidad.
Si bien
ambos cuadros se neutralizaban y formaban con rapidez un doble muro defensivo
con 8 e incluso en ocasiones 10 jugadores, nadie perdió la cabeza y ninguno de
los dos equipos optó por pelotazos ni por centros a la olla como hubiera podido
imaginarse ante la trabazón establecida en el medio campo y las dificultades
para el traslado del esférico. Alemania controlaba más tiempo el balón e Italia
reculaba con facilidad pero los italianos sabían cerrar muy bien los espacios y
frenaban los intentos de horadar su portería con solvencia.
Löw y
Conte hicieron su trabajo y establecieron una estrategia que imposibilitaba el
libre acceso a cada marco, por lo que Neuer y Buffon tuvieron casi nula
actividad en la primera parte, cobijados por la excelente defensa establecida
por cada equipo y por las rápidas coberturas efectuadas por sus compañeros y no
fue sino hasta el 64' que Özil logró romper el tenso equilibrio entre ambas
fuerzas al rematar un magnífico pase de Hector quien había recibido un pase
filtrado por Mario Gomez, quien había recuperado el balón cuando Italia
planeaba una salida, desde la banda izquierda.
El tanto
obligaba a Italia a empujar hacia el frente y los Alemanes sabían que bien
podría ser su oportunidad para cuajar algún contragolpe que finiquitara el
encuentro, por lo que aceptaron rápidamente la apuesta y buscaron responder con
rápidos desplazamientos. Italia puso a trabajar por fin a Neuer pero también
Alemania hizo lo propio con Buffon y el partido vivió sus mejores momentos, con
duelos en ambas áreas y veloces movimientos.
El empate
fue por demás circunstancial. Un centro al área fue peinado por Chiellini y
Boateng, que inexplicablemente saltó con la manos abiertas y muy elevadas,
cortó el avance del esférico con la mano, provocando la pena máxima. Bonucci se
encargó de ejecutarlo con maestría venciendo a Neuer y empatando el encuentro
al 77'.
La
historia parecía repetirse. Italia forzó los tiempos extra y resistió uno a uno
todos los embates alemanes durante los 30 minutos añadidos. Alemania parecía
más fuerte en la recta final del encuentro, mantenía mayor posesión del balón y
obligaba a recular a los italianos que, fieles a su costumbre, sacaban fuerzas
cuando parecían no tener más y seguían en la lucha con denuedo. Llegó entonces
la hora de la tanda de penales. Alemania llegaba con 5 triunfos consecutivos en
tandas de penales y el vago recuerdo de su última derrota en estas instancias
se remonta a 1976, ante la entonces Checoslovaquia, mientras que Italia es, hoy
por hoy, el equipo que más tandas de penaltis ha perdido en la historia.
Por
Alemania anotaron Kroos, Draxler, Hummels, Kimmich, Boateng y el decisivo
Hector que mandó el balón al fondo de las redes por debajo de los brazos de
Buffon, mientras que, por Italia, Insigne, Barzagli, Giaccherini, Parolo y De
Sciglio.
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