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domingo, 3 de julio de 2016

Alemania (6) 1-1 (5) Italia


La Selección Alemana de Futbol por fin ha logrado romper el maleficio al imponerse en la tanda de penales, después de 18 lanzamientos, a una pundonorosa Italia que logró empatar a 1 gol gracias a una pena máxima en el tiempo reglamentario luego de que los teutones se fueran arriba en el 64' con una anotación de Özil.

El partido fue peleado y disputado con fuerza. Los dos equipos querían la victoria y ambos técnicos hicieron un importante trabajo previo estableciendo una estrategia sobre el terreno de juego en busca de la victoria. Antes incluso del silbatazo inicial, el partido ya había comenzado y Joachim Löw sorprendió al cambiar el parado táctico de su equipo, utilizando un 3-4-2-1 para enfrentar el 3-3-2-2 que Antonio Conte  estableció con Italia.

Alemania tuvo que emplearse a fondo para forzar la eliminación italiana y romper un maleficio que les había impedido, hasta ahora, vencer a Italia en torneos oficiales, para lo cual no fueron suficientes los 90 minutos reglamentarios ni los 30 minutos extras, por lo que tuvieron que recurrir a la tanda de penales y, después de 18 disparos a puerta, en una espera que parecía interminable, doblegar a la scuadra azzurra por 6 goles contra 5.

Ambos equipos defienden muy bien y saben mantener un orden táctico envidiable. Contra viento y marea, alemanes e italianos se enfrascaron en una dura lucha táctica, física y mental desplegando un excelente futbol y buscando la portería contraria, cada quien con estilo y método propios.

Antonio Conte logró establecer una estrategia con la azzurra y supo imponerse tácticamente a todos sus rivales en esta EURO 2016. Los italianos se habían visto muy compactos pero también habían sabido desplegarse para abrir el campo a velocidad y con mucha profundidad a la hora de atacar, por lo que Löw decidió hacer modificaciones en el parado de Alemania, sorprendiendo al propios y extraños y demostrando que el campeón del mundo, aparte de todo, tiene una enorme flexibilidad. Alemania logró así neutralizar a Italia que tuvo bajas importantes, sobre todo en la zona de creación de la media cancha y Conte se vio obligado a integrar al cuadro titular a suplentes que, a pesar de todo, hicieron un gran trabajo.

Löw logró que su equipo controlara el medio campo utilizando a Müller, Özil, Khedira y Kroos para implementar un escudo que le permitiera adueñarse del balón y establecer los tiempos. Poco importó que Khedira se resintiera de una lesión muscular y tuviera que abandonar el terreno de juego ya que Bastian Schweinsteiger entró en sustitución y realizó un gran trabajo, demostrando su experiencia y versatilidad.

Si bien ambos cuadros se neutralizaban y formaban con rapidez un doble muro defensivo con 8 e incluso en ocasiones 10 jugadores, nadie perdió la cabeza y ninguno de los dos equipos optó por pelotazos ni por centros a la olla como hubiera podido imaginarse ante la trabazón establecida en el medio campo y las dificultades para el traslado del esférico. Alemania controlaba más tiempo el balón e Italia reculaba con facilidad pero los italianos sabían cerrar muy bien los espacios y frenaban los intentos de horadar su portería con solvencia.

Löw y Conte hicieron su trabajo y establecieron una estrategia que imposibilitaba el libre acceso a cada marco, por lo que Neuer y Buffon tuvieron casi nula actividad en la primera parte, cobijados por la excelente defensa establecida por cada equipo y por las rápidas coberturas efectuadas por sus compañeros y no fue sino hasta el 64' que Özil logró romper el tenso equilibrio entre ambas fuerzas al rematar un magnífico pase de Hector quien había recibido un pase filtrado por Mario Gomez, quien había recuperado el balón cuando Italia planeaba una salida, desde la banda izquierda.

El tanto obligaba a Italia a empujar hacia el frente y los Alemanes sabían que bien podría ser su oportunidad para cuajar algún contragolpe que finiquitara el encuentro, por lo que aceptaron rápidamente la apuesta y buscaron responder con rápidos desplazamientos. Italia puso a trabajar por fin a Neuer pero también Alemania hizo lo propio con Buffon y el partido vivió sus mejores momentos, con duelos en ambas áreas y veloces movimientos.

El empate fue por demás circunstancial. Un centro al área fue peinado por Chiellini y Boateng, que inexplicablemente saltó con la manos abiertas y muy elevadas, cortó el avance del esférico con la mano, provocando la pena máxima. Bonucci se encargó de ejecutarlo con maestría venciendo a Neuer y empatando el encuentro al 77'.

La historia parecía repetirse. Italia forzó los tiempos extra y resistió uno a uno todos los embates alemanes durante los 30 minutos añadidos. Alemania parecía más fuerte en la recta final del encuentro, mantenía mayor posesión del balón y obligaba a recular a los italianos que, fieles a su costumbre, sacaban fuerzas cuando parecían no tener más y seguían en la lucha con denuedo. Llegó entonces la hora de la tanda de penales. Alemania llegaba con 5 triunfos consecutivos en tandas de penales y el vago recuerdo de su última derrota en estas instancias se remonta a 1976, ante la entonces Checoslovaquia, mientras que Italia es, hoy por hoy, el equipo que más tandas de penaltis ha perdido en la historia.

Por Alemania anotaron Kroos, Draxler, Hummels, Kimmich, Boateng y el decisivo Hector que mandó el balón al fondo de las redes por debajo de los brazos de Buffon, mientras que, por Italia, Insigne, Barzagli, Giaccherini, Parolo y De Sciglio.

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