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martes, 21 de junio de 2011

Arreglos y componendas

En medio de una investigación por corrupción, el trinitario Jack Warner renunció a sus puestos en FIFA y CONCACAF con lo que deja sin efecto el proceso en su contra, obligando a la Comisión de Ética de la FIFA a cerrar todas las averiguaciones.

El portal de la FIFA informa: "Dimite el vicepresidente de la FIFA Jack A. Warner".  Así mismo, dice que "Jack A. Warner ha informado a la FIFA que dimite de sus cargos en el futbol internacional (esto implica FIFA y CONCACAF por supuesto). La FIFA lamenta los acontecimientos que han llevado al señor Warner a tomar esta decisión". Y también indica el mismo portal que "El órgano rector del futbol mundial ha aceptado su dimisión a la vez que reconoce y agradece su contribución al futbol internacional, en general, así como a la CONCACAF y al futbol caribeño, en particular". Así mismo, al final del comunicado se establece que "dada la dimisión por propia voluntad del señor Warner, se han cerrado todos los procedimientos abiertos por la Comisión de Ética y se mantiene su presunción de inocencia".

Jack Warner participó durante 30 años en FIFA representando primero a Trinidad y Tobago, uniendo a las asociaciones del Caribe en un bloque, tomando el control de CONCACAF y llegando incluso a la vicepresidencia de FIFA y el Comité Ejecutivo de la misma. Actualmente, es Ministro y Presidente del Congreso Nacional Unido, principal partido en el Gobierno de Trinidad y Tobago.

El caso de corrupción contra Warner había tomado un giro muy complejo y amenazaba con ensuciar a más de uno. El Comité de Ética había suspendido al trinitario por las acusaciones de corrupción vertidas por Chuck Blazer, quien es bien sabido que es muy cercano a Blatter que era el principal afectado en caso de que su contrincante para el puesto de presidente de la FIFA pudiera comprar votos. Al fin y al cabo, Blatter se presentó solo a la elección de Presidente de la FIFA y fue reelecto, pero la suspensión y la investigación sobre Warner seguían. Si bien habían habido sospechas de corrupción para la elección de Qatar como sede del Mundial, la FIFA no abrió investigación alguna y sí se apresuró a declarar que las acusaciones hechas por la Federación Inglesa de Futbol eran infundadas.

Tal celeridad en cerrar la investigación contrastó con la decisión de abrir el proceso por corrupción en el caso de la elección de presidente de la FIFA. En el caso Qatar, se tiene la protesta formal de una federación, en el caso de la elección del presidente de la FIFA, se contaba con la protesta del Secretario General de CONCACAF, a nombre propio. Ambos casos involucraban a una persona en particular: Mohamed bin Hammam.

En su momento, la Comisión de Ética de la FIFA informó que "dada la gravedad de los casos y la probabilidad de que se hayan contravenido el Código Ético y el Código Disciplinario de la FIFA, la Comisión de Ética ha considerado necesaria la suspensión provisional mientras la investigación sigue su curso", en el caso de Warner y bin Hammam ante las acusaciones de Chuck Blazer.

Por el contrario, cuando fue la Federación Inglesa la que presentó su queja formal en el Congreso de la FIFA, esta se apresuró a descalificarla en base a que no contenía pruebas contundentes aún y cuando se habían incluido correos electrónicos de miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA que daban por hecho la corrupción, a los que los involucrados contestaron simplemente: sí lo escribí, pero sacaron el tema de contexto.

¿Por qué investigar en un caso y en el otro no? Que se sepa, Chuck Blazer jamás presentó prueba alguna distinta a su palabra contra los dos miembros del Comité Ejecutivo. ¿Por qué utilizar dos balanzas tan dispares para casos tan similares que incluso tienen a los mismos involucrados?

Por lo pronto, el señor Blatter puede estar contento y festejar, se ha desecho de dos enemigos: Warner y bin Hammam y no ha perdido a sus aliados. Queda pendiente la acusación por racismo presentada por 11 asociaciones caribeñas contra Blazer y que busca separar a este último de su cargo pero no sería raro que también el Comité de Ética la deseche o bien que como parte de este arreglo, no se investigue.

Arreglos y componendas que, como sombras, siempre acompañan al poder y que han formado parte del estilo muy propio del presidente Blatter.

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