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jueves, 2 de junio de 2011

La Novela

Todo había sido planeado con antelación. Era cuestión de organizar una fiesta con animación y espectáculo para que todo mundo saliera feliz y contento de que la mega empresa llamada FIFA sigue adelante y genera miles de millones de dólares alrededor del mundo y es, en términos generales, una familia feliz.

 Los dos anteriores presidentes de FIFA, Jules Rimet y Joao Havelange habían estado en el cargo por largo tiempo, así que una reelección más de Blatter no debería cuestionarse por ningún motivo, máxime que los números son maravillosos y plantean un incremento en los ingresos enorme, inimaginable. Como bien dice AS, "la plácida jornada diseñada por el suizo Joseph Blatter para ser reelegido presidente de la FIFA resultó ser agónica". En primera instancia, los británicos rompieron el protocolo y pese a las advertencias y sugerencias de "no intervención", presentaron una petición de aplazamiento para la elección del presidente. Eso obligó a la Asamblea a realizar una votación que no estaba programada aunque también permitió a más de un "convencido" hacer campaña por la unidad y disciplina que abanderó Blatter desde que se destapó la cloaca.

Para Alfredo Relaño, editorialista de AS, "Blatter sigue, pero entre la sensación ominosa de que algo huele a podrido en la FIFA". Si bien Blatter era amplio favorito para la reelección, es obvio que para evitar riesgos, se aseguró que la decisión de otorgar las sedes para los dos siguientes mundiales se tomara al final de su período y no al principio del siguiente período. Adicionalmente ¿por qué dos mundiales? Estamos hablando de que ya se tienen sedes hasta 2022, o sea, los tres próximos certámenes, algo por demás, fuera de lo común.

Para colmo de males, tanto la elección de Rusia como la de Qatar fueron más que discutidas porque aplastaron categóricamente a propuestas que eran mucho más viables y solventes como Estados Unidos, España, Australia y por supuesto Gran Bretaña. De hecho, gracias al triunfo de Qatar, Bin Hamman decidió postularse como contendiente a la presidencia y por ahí hay denuncias de que "quería utilizar los mismos métodos de compra de votos". ¿Los mismos métodos que para la elección de Qatar? Bueno, es lo mismo que denuncia Inglaterra, que hubo compra de votos para tomar esa decisión.

Sin embargo y pese a todo, las denuncias de corrupción van siendo desechadas una a una por "improcedentes" o "faltas de pruebas incriminatorias", si bien sirvieron para suspender a dos que tres personajes que, por cierto, se anteponían en el camino reeleccionista de Blatter que ahora ya es de nuevo presidente.

Ahora bien, cruzando datos, no hay nada en concreto con Rusia pero sí con Qatar. Se han presentado algunas evidencias que bien podrían involucrar a Qatar en compra de votos y a altos funcionarios de la FIFA en contubernio ya que aparentemente tenían conocimiento de la "estrategia". El discurso de "unidad, disciplina y fair play" de Blatter lo pone en claro: no más escándalos, todo en corto.

Hay muchos involucrados pero también hay muchos interesados en que ninguna queja pueda prosperar y la marea se calme. Que la turbulencia amaine y todos dejen de lanzarse acusaciones e improperios para volver a ser la familia feliz que siempre ha sido la FIFA. Destaca en gran parte que los más activos defensores de Blatter son presidentes de países con poca o nula tradición futbolera como Haití, Chipre, Islas Fiji o el Congo y que los presidentes de las grandes potencias europeas hayan preferido mantenerse al margen y mirar el espectáculo.

Como para calmar un poco a la tribuna, en su primer acto como presidente de la FIFA, Blatter propuso reformas en el método de selección de sedes de los mundiales que tanta discusión ha ocasionado, trasladando ahora la decisión del Comité Ejecutivo a la Asamblea, con lo que le quita peso a dicho Comité que ha sido el epicentro de la turbulencia actual.

Oficialmente, el presidente de la Federación Alemana de futbol, Theo Zwanziger, solicitó que se investigue el procedimiento de designación del Mundial 2022 de Qatar ya que "hay un grado considerable de sospechas que no se deben desechar. Considero que deben replantear la decisión", según publica AS.

Si bien, con estos cuatro años extra, Blatter se asegura la posibilidad de "limpiar" cualquier "detalle" o "cabo suelto" remanente sobre el controvertido proceso de elección de las dos sedes mundialistas correspondientes a 2018 y 2022, ya hay muchos que van expresando ideas y deseos de cambio. Blatter impuso el discurso de continuidad, unión y disciplina pero cada vez es más obvio que su controvertida gestión está en el camino final. Si bien ganó 4 años, tendrá que maniobrar en medio de un mal olor y rodeado por controversias y desprestigio para él, sus más próximos colaboradores y, lamentablemente, para toda la institución.

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