Siguen los nubarrones

Si bien, como se esperaba, el Congreso de la FIFA rechazó aplazar la elección para presidente que había solicitado la Federación Inglesa, siguen los nubarrones, dimes y diretes en el seno del organismo. En una votación que no estaba prevista y que movió la agenda del congreso, el pleno rechazó con 172 votos de un total de 206 la propuesta británica de aplazar la elección del presidente, por lo que ahora la mesa está servida para que Joseph Blatter, candidato único, prolongue su mandato un período más.

Según informa MARCA, minutos antes de la votación, los presidentes de las federaciones de Haití, Congo, Chipre y Fiji subieron al estrado para defender el derecho de Blatter de presentarse a la reelección como candidato único. Para Costakis Koutsodoumnis, presidente de la federación chipriota, "FIFA necesita un mandato fuerte para eliminar los problemas".

El propio Blatter admitió al inaugurar el 61er congreso de la FIFA que el organismo atraviesa "aguas difíciles" y se ofreció para llevarla nuevamente a la senda correcta. Ya había comentado antes que no se podía considerar una crisis, palabra que ha evitado a toda costa, por lo que su mención de "aguas difíciles" es por demás significativa. Obviamente, su postura es mantenerse firme y solicitar todo el apoyo para "enderezar el barco".

Blatter hizo un llamamiento para que los "problemas" se resuelvan "con respeto, disciplina y juego limpio". ¿Así o más claro? No quiere ruido ni nada que pudiera mover el piso, pide disciplina y ofrece certeza y liderazgo. De hecho, adelantándose a todo y a todos, ya ha propuesto cambiar el método para elegir la sede de los mundiales haciendo que la decisión recaiga ahora sobre todos los miembros de la Asamblea y no exclusivamente sobre el Comité Ejecutivo.

Como buen político, pide unidad y disciplina por un lado y ofrece soltar un poco la rienda para que el mundial de 2026 pueda ser elegido abiertamente por la Asamblea y no en corto por el Comité. Ni hablar de analizar las elecciones de 2018 y 2022, eso sería impensable.

En CONCACAF, el presidente interino, Lisle Austin, intentó destituir a Chuck Blazer como Secretario General del dicho organismo, pero el Comité Ejecutivo ha indicado que no tiene las atribuciones para realizar dicha acción. Para Austin, "la conducta de Blazer es inexcusable y una falta grave del deber y de sensatez" por lo que no debería de continuar en su puesto. Blazer le echó la mano a Blatter al denunciar a Warner y de paso a Hammam de intentar comprar votos para la elección de presidente de la FIFA y en base a esto, el Comité de Ética de la FIFA decidió suspenderlos y, por lo tanto, les impidió el paso al Congreso, allanando el camino para que Blatter se reelija.

Es prácticamente un hecho que hoy se reelegirá a Blatter y, con esto, se convertirá en el tercer presidente más longevo del organismo, ya que su gestión comenzó en 1998 y terminaría en 2015 y sería superado únicamente por Jules Rimet (1921-54) y su predecesor Joao Havelange (1974-98).

La oferta de Blatter es directa: continuidad a cambio de facultades para imponer la disciplina nuevamente y soltar un poco la cuerda para democratizar las próximas elecciones para sedes mundialistas. No hay duda de que el Congreso que se efectúa hoy, la comprará. De hecho no hay otra opción. Los suspendidos temporalmente se quedarán así por un buen rato si no es que para siempre y todos deberán de nuevo entrar al redil por el "bien del barco" y por el bien de todos.

En otras palabras, no se trata de resolver los males que aquejan al organismo sino de que ya nadie levante polvo y la unidad y disciplina prevalezcan ante todo.