El Barcelona enfrentó al BATE Borisov con un plantel lleno de suplentes para darle descanso a sus titulares con vista al partido del fin de semana ante el Real Madrid, pero eso no importó para que los bielorrusos se llevaran una goliza del Camp Nou. Las grandes estrellas blaugranas asistieron al estadio para apoyar a sus compañeros desde las gradas y aún así, el equipo desplegó el juego de incansables toques volviendo loco al contrario y mareándolo antes de anotarle una y otra vez.
Los culés jugaron tal y como le gusta a Guardiola, tocando el balón y moviéndose incansablemente cuando lo tienen y presionando desde la salida al contrario para recuperarlo lo más cerca posible de la portería enemiga para lanzar inmediatamente peligrosos pases tomando desprevenidos a los adversarios.
El BATE intentó pero terminó cediendo ante un equipo con mucha más idea e imaginación que terminó por asfixiarlos en su propio campo, robándoles cuanto balón intentaron controlar y arrinconándolos una y otra vez. Si bien el partido era por demás intrascendente para el Barcelona, el BATE sí se jugaba una lejana posibilidad de clasificar si obtenía la victoria y el Milán vencía al Viktoria Pizen para dejar a los bielorrusos en tercer lugar del grupo.
Aún así, el BATE mostró un enorme respeto por el rival y presentó dos líneas defensivas agrupando por momentos hasta 9 personas y dejando únicamente a un atacante arriba pero nada fue suficiente, una vez que los blaugranas tomaron el control del balón y comenzaron a hacer sus jugadas de fantasía, el partido se convirtió en una práctica, muy útil para gente como Pedro que había sido relegado últimamente en las convocatorias y ahora pudo mostrarse.
Así las cosas, el Barcelona se reporta listo para el clásico luego de que sus reservas hicieran trizas al campeón de Bielorrusia. El marcador final, 4-0 refleja lo ocurrido en el campo y deja en claro que la cantera puede seguir surtiendo
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