El Real Madrid ha
conquistado su 14o pase a la gran final de la UEFA Champions League gracias a
una ajustada victoria por 1 tanto contra 0 sobre el Manchester City conquistada
en el Santiago Bernabéu y ha pactado la cita con el Atlético de Madrid ante quien
se medirá en Milán para determinar al mejor equipo de Europa en la edición
2015-2016.
El conjunto merengue
saltó al campo de juego muy bien concentrado y decidido a llevar a cabo el
trabajo para mantenerse con vida en la justa. Zinedine Zidane ordenó un 4-3-3
que buscaba abrir el campo y surtir de balones en profundidad a Cristiano
Ronaldo, Gareth Bale y Jesé mientras que Manuel Pellegrini optó por un 4-2-3-1
con los dos medios de contención muy implicados en labores defensivas y
auxiliados por 3 medios más para impedir la gestación de los merengues y
dificultar su andar hacia el área defendida por el equipo visitante.
Desde la llegada de
Zidane, el Madrid ha cambiado mucho. El otrora gran mediocampista se ha sabido
adueñar del vestuario y ha convertido un equipo moribundo, incoherente y
dubitativo en un grupo capaz de grandes logros haciendo énfasis en el
sacrificio, la solidaridad y el juego de conjunto y, sobre todo, sellando su
puerta con un eficiente aparato defensivo que limitó anoche al Manchester City
a 4 disparos que por cierto, todos salieron desviados.
Aunado al buen
oficio defensivo del Real Madrid, hay que mencionar la gran labor de Kroos,
Modric e Isco quienes supieron adueñarse del balón en los inicios del partido y
lograron surtir de buenos balones a sus delanteros para ejercer presión sobre
el arco defendido por el conjunto visitante.
Manuel Pellegrini
estaba consciente de la necesidad de plantar un doble muro defensivo para
impedir que los atacantes merengues encontraran la profundidad requerida para
hacer daño y permitirles contragolpear pero cuando apenas corría el 10',
Kompany, su defensa central y líder, tuvo que abandonar el terreno de juego
debido a una lesión y fue sustituido por Mangala. Un cambio sin duda imprevisto
e indeseable. El Real Madrid comprendió el predicamento y de inmediato puso a
prueba a los citizens embistiendo con fiereza sobre su marco.
Cuando corría el 20'
Gareth Bale mandó un fuerte disparo que fue desviado por Fernando y terminó
incrustándose en la portería del City para el 1-0. Un lamentable autogol ponía
al Manchester en predicamentos pero ni así cambiaron su esquema y mucho menos la
estrategia.
Los merengues
siguieron controlando el balón aunque ahora los citizens intentaban con más
fuerza los contragolpes y casi al finalizar el primer tiempo, Fernandinho mandó
un potente disparo que se fue a estrellar al larguero.
Las incorporaciones
al ataque de Carvajal y Marcelo desestabilizaban a la defensa visitante.
Carvajal, el lateral derecho madridista, fue un constante dolor de cabeza para
los citizens y sus incorporaciones taladraban la zaga y creaban sensación de
peligro pero el ManC supo aguantar las embestidas y, con un ritmo cadencioso,
poco a poco fue encontrando el camino hacia la portería madridista aunque nunca
logró inquietar realmente a un Keylor Navas que lució siempre atento y atinado
al jugar su área para salir y cortar balones que buscaban invariablemente al
Kun Agüero quien, salvo por un disparo de media distancia que salió por arriba
de la portería merengue, estuvo muy lejos de su mejor nivel y se vio aislado y
desconectado.
Zidane mandó a Lucas
Vázquez al terreno de juego al 56' en sustitución de Jesé y si bien al poco
tiempo Gareth Bale cabeceó apenas afuera de la portería defendida por Hart,
nada pudo evitar que el Real Madrid fuera cediendo terreno hasta refugiarse en
su propia cancha, agazapándose en espera de contragolpear a un City que no
encontraba el camino hacia la portería de Navas.
El tiempo fue
transcurriendo con el City al mando pero sin generar peligro y con un Real
Madrid más preocupado en cerrar espacios que en hacer daño. James, que había
entrado al 67' en sustitución de Isco, tuvo una inmejorable oportunidad de
liquidar el partido pero en lugar de rematar de primera, decidió bajarla con el
pecho para acomodarse y desperdició la ocasión de gol. Modric también tuvo una
muy importante a pase de Bale pero una buena reacción de Hart le impidió
anotar.
Cuando corrían los
minutos finales, Zidane mandó a Kovacik en sustitución de Modric más por hacer
tiempo que por sellar el medio campo mientras los citizens seguían intentando
encontrar un resquicio por dónde colarse.
Muy lentamente
fueron transcurriendo los minutos y la tensión fue cediendo para convertirse en
euforia en cuanto silbó el final el árbitro.
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