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martes, 31 de mayo de 2011

Una vieja canción

Arde el fuego en las entrañas de la FIFA y los grandes jerarcas intentan apagarlo minimizando todo, suspendiendo a quien se haya salido del huacal y haciendo caso omiso de cualquier situación incómoda. Desde un principio se plantearon serias dudas en cuanto a la elección de Qatar y Rusia como sedes mundialistas, aunque las más serias siempre fueron hacia Qatar ya que representa un verdadero dolor de cabeza en muchos sentidos.

Qatar es un país diminuto situado en el Golfo Pérsico que cuenta con una liga integrada por 16 equipo y 6,556 jugadores registrados y cuya selección participó en el Grupo 1 de Asia para la clasificación del Mundial de Sudáfrica , quedando con 6 puntos muy por debajo de Australia con 20, Japón con 15 y Bahréin con 10. Su selección, por cierto, está plagada de naturalizados que han ido poblando el equipo con la intensión de hacerlo competitivo. Con Qatar compitieron para la sede del mundial de 2022 Australia, República de Corea, Japón y Estados Unidos. Obviamente, la gran favorita era Estados Unidos y, de alguna forma, la votación fue apabullante a favor de Qatar.

Sin embargo, no fue la única sorpresa. También sorprendió la forma en la que Rusia obtuvo la candidatura, dejando con tan sólo dos votos a la gran favorita de este bloque, Inglaterra. Si bien Rusia es un enorme país con tradición futbolística añeja, nadie pensó en que pudiera darse tal paliza.

La forma y el fondo levantaron suspicacias desde un principio. Hace poco, la Federación Inglesa volvió a remover la herida al poner sobre la mesa un posible caso de corrupción en los más altos niveles de la FIFA. De hecho, los británicos consideran inapropiado que se vote mañana a Blatter, a la postre ahora candidato único para la elección de Presidente de la FIFA, dadas las recientes acusaciones vertidas contra altos mandos.

EL PAÍS publica que "el vicepresidente de la FIFA (Jack Warner, viejo conocido jerarca de la CONCACAF) acusa al organismo de aceptar soborno de Qatar para celebrar el Mundial". Si juntamos esto con la acusación británica sobre los presuntos sobornos a favor de Rusia, lo que tenemos es algo muy turbio pero ahora Blatter se ha apresurado a contestar "¿Cuál crisis? No existe un asunto Qatar 2022", tratando de cerrarle el paso a cualquier escándalo.

El Comité de Ética suspendió a dos directivos por presunta corrupción. Obviamente ninguno de ellos es Blatter aún y cuando Warner ya lo ha involucrado directamente y le acusa afirmando que tiene un correo electrónico de Jerome Valcke, Secretario General de la FIFA, en el que este reconoce que Qatar compró el Mundial de 2022, cosa que según publica EL PAÍS, Valcke se apresuró a negar tajantemente.

Para Blatter todo es claro como el agua, no hay irregularidades, la demanda de la Federación Inglesa es infundada y carece de pruebas y cualquier afirmación sobre Qatar es fantasiosa. No hay crisis. La suspensión de su contrincante en la pelea por la presidencia de FIFA es cuestión del Comité y no le atañe, por lo que él va por la reelección hoy mismo.

El Comité sancionó a Bin Hamman y Warner, suspendiéndolos provisionalmente pero se apresuró a absolver a Blatter, por lo que no hay nada que pudiera frenar la reelección del suizo. Sobra decir que el honorable Comité fue elegido por Blatter en su momento. Hoy, la crisis de la FIFA es noticia de primera plana alrededor del mundo. Se puede leer del tema en periódicos especializados pero también en publicaciones que nada tienen que ver con el futbol como el afamado Financial Times.

El supuesto correo de Valcke a Warner dice entre otras muchas cosas: "en cuanto a MBH, nunca he entendido por qué se ha presentado (como candidato a presidir la FIFA). Si de verdad creyó que tenía alguna posibilidad o simplemente era una manera de expresar lo mucho que ahora le desagrada JSB o pensó que se puede comprar la FIFA como compró la Copa del Mundo". Si bien Valcke le quitó presión al decir que "las cosas se han sacado de contexto" y que "no hay motivo para arrastrar al fango a la candidatura de Qatar", el asunto está en el aire, según publican AS, MARCA, RECORD y otros más.

Pero para Blater "el futbol y la FIFA no están en crisis. Sólo atraviesan dificultades y estas deben de resolverse en casa", en lo que bien podría interpretarse como un llamado a serenarse y no sacar más trapitos al sol.

Pero nadie puede evitar pensar que son muchas las acusaciones y van en la misma dirección, implicando cada vez a más gente. ¿Podrán seguir callando los escándalos? ¿Publicarán sus pruebas los ingleses? ¿Seguirá adelante Warner con sus acusaciones? ¿Qué papel está jugando Chuck Blazer? ¿Si se comprueba corrupción para la elección de Rusia y Qatar habrán repercusiones?

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