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viernes, 13 de mayo de 2011

Circunstancias

En un encuentro polémico, con escaso futbol, Pumas y Chivas empataron en el Omnilife de Jalisco. El inicio fue trabado, con mucha lucha en el medio campo y sin dominio de nadie ni jugadas claras de gol. La primera aproximación seria a gol fue casi a la media hora de juego y fue de los Pumas que, sin embargo, despertaron a las aletargadas Chivas con esto y le dieron vida al encuentro.

Lamentablemente, a los pocos minutos comenzó la polémica. Circunstancias que complican partidos y cambian el rumbo y que nadie planea. Primero, El Cubo Torres cometió una falta dentro del área rojiblanca y le impidió a Martín Bravo fusilar a Michel cuando ya todo mundo cantaba el gol, pero no lo vio el árbitro, Paul Delgadillo, y se comió el penal.

Según reportes de FOX SPORTS y YAHOO SPORTS, tras esa jugada, Héctor Reynoso exigió tarjeta a Bravo por fingir la falta (que en las tomas que se mostraron por TV AZTECA se puede apreciar que sí existe y por tanto las reclamaciones del zaguero de las Chivas son infundadas). En una jugada posterior, el árbitro marcó un fuera de lugar a un jugador de los Pumas que se enfilaba solo contra Michel, quien salió con los tacos por delante para plancharlo pero esa jugada ya no tenía validez porque se había marcado antes el fuera de lugar. Michel reclama al árbitro, según FOX SPORTS, la reclamación es por la supuesta omisión de la tarjeta a Bravo y Delgadillo, el árbitro, saca el cartón preventivo a Michel ocasionando que Reynoso diga algo y gesticule de tal forma que el árbitro le sacó la roja directa.

La respuesta de Real fue cambiar al Cubo por un defensa que reforzara la zaga rojiblanca y así se descuadraron las Chivas. A pesar de eso, en un tiro de esquina anotaron un gol que fue anulado por el árbitro por empujón a Darío Verón. Tal vez compensando, Delgadillo expulsó rigurosamente a Cabrera de los Pumas por doble tarjeta que no merecía.

En un saque de banda los Pumas sacaron de la chistera una jugada prefabricada que culminó Velarde con una vistosa palomita para anotar el primer gol del partido, pero de nuevo las circunstancias emparejaron la situación cuando en un tiro de rutina de Omar Arellano, el Picolín cometió un error grosero, de esos que le valdrían un buen regaño a cualquier niño de primaria y regaló el empate.

En el otro escenario, el Estadio Azul, también se dieron ciertas circunstancias que decidieron el derrotero del partido. Federico Vilar se comió un tirito que no llevaba nada y permitió a los azules tomar la delantera y desmoronó moralmente a su equipo que tardó mucho en volver a entrar al partido.

Si bien los Cementeros no ganan un título desde 1997, lo están tomando con calma y no se desesperan. Al igual que la semana anterior en Cancún, supieron esperar su momento con orden y disciplina, buscando el gol pero sin perder la estructura, dominando aunque sin apabullar al contrario, desdoblándose para ir al frente pero sin descuidar la retaguardia.

Villa anotó el segundo gol celeste en una bonita jugada en la que intervino cualquier cantidad de compañeros suyos, tocando, centrando, moviéndose. A partir de ahí, las precauciones pudieron más que las ansias de liquidar el juego y todo se neutralizó quedando el partido 2-0 y dejando en una posición comprometida a los Monarcas que poco pudieron hacer ante los bien ordenados defensores azules.

Por su parte, Jaguares de Chiapas rescató el empate y por ende mantuvo el invicto en casa en la Libertadores al terminar 1-1 con el Cerro Porteño en el partido de ida de los 4os de final. El partido fue muy disputado en el medio campo y con pocas oportunidades claras de gol evidenciando las carencias de los chiapanecos que terminaron en los últimos lugares del torneo local y ahora tendrán que definir todo en Asunción, Paraguay, el 19 de mayo del presente año.

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