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jueves, 19 de mayo de 2011

Contrastes

Tomás Boy fue un jugador enorme. Desde su debut en Primera División con el Atlético Español dio muestras de grandeza, con un toque excepcional y un espíritu imbatible. Sabía conducir el balón y también sabía manejar el tiempo. Sus pases estaban cargados de veneno y con los Tigres del Universitario de Nuevo León llegó a lo más alto en su carrera. Líder temperamental de su equipo, guiaba el nervio del medio campo de aquellos gloriosos Tigres de don Carlos Miloc que fueron bicampeones.

Hoy a llegado a la final al frente de Monarcas Morelia, tras dirigir 21 torneos a equipos como Tampico Madero, Gallos Blancos de Querétaro, Rayados del Monterrey, Puebla, Atlas y por supuesto al Morelia en dos épocas. No la ha tenido fácil, en 374 partidos dirigidos tiene 134 victorias por  95 empates y 146 derrotas para un 44% de efectividad. Esta ha sido su mejor temporada con un 63% de efectividad siendo el tercer mejor equipo del campeonato.

Su temperamento sigue vigente y en el área técnica es común verlo gritar, agitarse y festejar los goles con sus jugadores. Estará suspendido y no podrá ni pararse por ahí en los dos partidos de la final, dejando la responsabilidad en sus asistentes por haber sido reportado por el árbitro al festejar demasiado provocativamente el 3-0 contra el Cruz Azul. En definitiva es un apasionado del futbol al que todo se le ha presentado con suma dificultad.

Por el otro lado está Guillermo Vázquez, nacido en el DF con apenas tres temporadas como técnico, todas con los Pumas de la UNAM. Memo tiene una larga trayectoria como auxiliar y ha aprendido de grandes estrategas dentro del Club universitario que lo ha arropado durante toda su trayectoria.

A diferencia del Jefe Boy, Memo Vázquez es más flemático. Reservado y tranquilo. Analítico y muy cercano a sus jugadores con los que lleva una relación envidiable. No hace muchos aspavientos pero sabe intervenir a la hora buena y ha sabido hacer cambios estratégicos en el conjunto de sus amores para convertirlo de nuevo en un equipo agresivo cuya característica principal es la garra y combatividad.

Ha dirigido en apenas 47 partidos en la Primera División de los que ha ganado en 22, empatado en 13 y perdido en 12 para un 56% de efectividad.

Ambos hombres de una enorme calidad pero con estilos contrastantes. Uno llega después de mil batallas y 5 semifinales previas mientras que el otro llega muy pronto. Los eternos contrastes entre grandes rivales que hoy se juegan el todo por el todo en busca del título de campeón del futbol mexicano.

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