El partido de ida de la Gran Final del Futbol Mexicano comenzó siendo un duelo sordo, trabajo en el medio campo, con dos equipos más concentrados en nulificar al contrario más que en hacer daño. Dos equipos concentrados en impedir cualquier atisbo de creatividad, cerrando espacios.
En la primera jugada del partido, Luis Gabriel Rey tuvo en sus botines la posibilidad de abrir el marcador pero se deshizo del balón de fea forma y mando el disparo por arriba del arco defendido por el Picolín Palacios. A partir de ahí, los Pumas se fueron asentando en el partido y fueron cerrando espacios en la media cancha, defendiendo hasta con 10 en su propia área cuando lo consideraron necesario.
Morelia fue complaciente, como si el 0-0 no fuera malo y sin mostrar prisa por abrir espacios. Sin embargo, al minuto 23 del segundo tiempo, Francisco Palencia aprovechó un descuido de la defensiva purépecha que perdió un balón apenas afuera de su área y mandó un soberbio disparo que se anidó en la portería de Federico Vilar para el 1-0 que rompía el equilibrio.
Los michoacanos se lanzaron al frente a partir de esa jugada. Paradójicamente Palencia fue quien los despertó y revolucionó el encuentro. A pocos minutos de distancia encontraron el gol del empate por medio de Joao Rojas a pase de Luis Gabriel Rey quien lo dejó solo al entrar al área universitaria.
Las emociones comenzaron a partir del gol de Palencia, en el minuto 68 y fueron culminantes en el minuto 72 con el gol del empate purépecha. A partir de ahí, poco a poco el partido volvió a calmarse y los universitarios fueron poco a poco nulificando de nuevo al medio campo michoacano para volver a situar el partido en el forcejeo del medio campo que tanto les beneficiaba.
Si bien en los primeros 68 minutos prácticamente no hubieron jugadas de peligro de gol, sería injusto decir que los equipos renunciaron al ataque ya que ambos tenían siempre en punta a alguien en espera de cuajar un contragolpe.
Los mejores ataques universitarios fueron producto de errores en la salida de los defensores michoacanos y en muy pocas ocasiones fueron producto de jugadas elaboradas por los propios Pumas. Por su parte, Morelia tampoco generó muchas oportunidades de gol ya que su media cancha se vio complicada y no fue capaz de clarificar el encuentro ante una muy bien poblada media cancha felina que supo cerrar los espacios.
El empate final ha sido justo. Nada para nadie en este primer capítulo que ha transcurrido sin daño aparente para ambas partes y deja todo por definirse este domingo en Ciudad Universitaria donde esperamos mucho más que estos 10 minutos de buen futbol que a duras penas nos pudieron obsequiar hoy.
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