Si bien la Selección
Mexicana hizo lo justo para doblegar por 3 goles contra 1 a Martinica, el
funcionamiento volvió a dejar mucho qué desear y el equipo sigue planteando
serias interrogantes.
José Manuel Chepo de
la Torre optó por una alineación con 4 defensas con dos laterales con mucha
salida y Layún no le decepcionó ya que fue uno de sus mejores hombres al
frente, sirviendo centros candentes que generaron mucho peligro y le abrieron a
México un corredor por el lado izquierdo.
En el arranque, el
Tri se lanzó con todo al frente y por medio de Layún se generaron más opciones
de gol en los primeros 12 minutos que en todo lo que iba de la Copa de Oro. Sin
embargo, también se pudo apreciar la fragilidad defensiva cuando Topo Valenzuela
midió mal un balón y se fue en banda dejando a un delantero de Martinica solo y
enfilado hacia la portería de Moisés Muñoz aunque para fortuna de México, la
jugada no pasó a mayores o bien cuando el propio Moisés Muñoz se fue a la banda
a proteger un balón y lo perdió pero la jugada tampoco prosperó.
Después de 12
minutos en los que México agobió a Martinica, el ritmo fue decayendo
ligeramente y los tricolores comenzaron con el recital de balones perdidos en
la media cancha pero aún así, lograron irse al frente al '20 cuando Marco
Fabián logró rematar un balón que el portero de Martinica le había tapado a
Rafael Márquez quien curiosamente había tenido una oportunidad mucho más clara
que Fabián pero fue el segundo el encargado de abrir el marcador.
La media cancha
mexicana mantuvo la presión y si bien ya no agobió como en los primeros 10
minutos, continuó generando variantes y peligro sobre la portería de Martinica.
Cuando corría el '33, Luis Montes tomó un balón en las afueras del área y mandó
un disparo potente que tomó desprevenido a Olimpa, portero de Martinica, para
anidarse en el arco y decretar el 0-2 que daba confianza al Tricolor.
México comenzó a
sobrellevar el partido y si bien aún se podían ver buenas jugadas ofensivas,
también se comenzó a sentir la presencia de Martinica en el área mexicana y
cuando corría el '42 y todo parecía bajo control, una torpe jugada de Layún
provocó un penal que Kevin Parsemain convirtió el el 1-2.
Para la segunda
parte, México se preocupó más por evitar un desaguisado que por cualquier otra
cosa y el partido se tornó soso y aburrido. Durante interminables minutos, los
equipos se dedicaron a mover el balón sin ton ni son y se perdieron infinidad
de pases en errores no forzados hasta que, cuando ya corría el '90, Layún
escapó de nueva cuenta por la banda derecha y mandó un pase filtrado que Ponce,
que acababa de entrar al terreno de juego, terminó empujando para el 1-3 que
sellaba la victoria de México sobre Martinica y le daba un boleto para la
siguiente ronda de la Copa Oro, lo que sin duda es un buen resultado pese a que
el funcionamiento colectivo e individual siga dejando mucho qué desear.
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