La
Selección de Estados Unidos obtuvo una sufrida clasificación al imponerse por
la mínima diferencia a su similar de Paraguay en un vibrante y emocionante
encuentro jugado en el Lincoln Financial Field de Philadelphia. Los
norteamericanos conquistaron la clasificación y el primer lugar del Grupo A
gracias a la combinación de su triunfo con la derrota de Colombia, que ya
estaba clasificada, ante Costa Rica.
Ambos
cuadros saltaron al terreno de juego sabiendo que dependían de sí mismos para
clasificar. Los estadounidenses accederían a cuartos de final con un triunfo o
un empate mientras que para los paraguayos era indispensable obtener la
victoria.
Jürgen
Klinsmann ordenó a su equipo con un 4-3-3 muy flexible que sabía replegarse y
desplegarse para contragolpear con gran velocidad mientras que Ramón Díaz
apostó por un 4-4-2 lleno de gente experimentada y recia con gran oficio
defensivo.
El
partido comenzó a un ritmo semilento, cómo si ambos equipos buscaran
estudiarse, evitando riesgos, pero poco a poco se fueron soltando. El
equilibrio se rompió al 27'. Luego de una serie de pases algo forzados, Michael
Bradley clarificó la jugada con un magnífico pase a la izquierda para Gyasi
Zardes quien escapó por la banda rumbo a línea de fondo y mandó un centro
retrasado para la llegada de Clint Dempsey quien mandó el balón al fondo de la
portería paraguaya con un disparo fuerte y raso que venció a Justo Villar.
Estados Unidos ya estaba arriba 1-0 y ahora Paraguay estaba obligado a marcar
dos tantos si pretendía clasificar. La larguísima diagonal de la muerte trazada
por Zardes para Dempsey había funcionado y este último no dudó en fusilar a Villar
para marcar el que, a la postre, fue el único gol del partido.
El
partido había sido disputado con dureza sobre todo en el medio campo y había
ido creciendo conforme avanzaron los minutos pero a partir del gol de los
Estados Unidos, Paraguay redobló esfuerzos y aumentó aún más su agresividad en
busca del ansiado gol del empate. Los guaranís comenzaron a correr riesgos,
dejando cada vez más en uno contra uno a sus defensas y mandando cada vez más
unidades al ataque.
Por
Estados Unidos fueron creciendo enormidades las figuras del arquero Brad Guzan,
que hizo algunas paradas providenciales que impidieron el empate de Paraguay,
el defensa central John Brooks, una verdadera pared y un líder en el eje de la
defensa, el mediocampista Michael Bradley, el cerebro desde donde partían la
mayoría de los contragolpes y, sin lugar a dudas, los incansables delanteros
Zardes, Wood y Dempsey quienes igual bajaban a ayudar a los defensas que subían
para desbordar buscando la portería contraria.
Paraguay
fue aumentando la presión tratando de acosar a los norteamericanos pero abusó
del recorte hacia el centro y de los centros al área, lo que permitió que
Brooks y compañía bloquearan la gran mayoría de sus opciones.
Luego de
un duro y complicado primer tiempo, Klinsmann no hizo cambios para la segunda
parte mientras que Pelado Díaz corrió el riesgo sacando a un defensa central,
Fabián Balbuena, y sustituirlo por un delantero nato, Juan Iturbe. Los guaranís
ahora dejaban todo el peso defensivo a Samudio, Gómez y Da Silva que en la
primera parte no dudaban en lanzarse al ataque y ahora tendrían que ser más
cuidadosos pues quedarían uno a uno en lo que restaba del encuentro.
El
lateral derecho de Estados Unidos, DeAndre Yedlin, se hizo expulsar torpemente
al ganarse dos amonestaciones con sendas faltas innecesarias en menos de un
minuto, por lo que a partir del 48', los de las barras y las estrellas tuvieron
un hombre menos sobre el terreno de juego. Klinsmann no quiso arriesgar de más
y jugó con el librito, sacrificando al centro delantero, Clint Dempsey, y mandó
al campo a un defensa, Michael Orozco. Corría el 50' y Estados Unidos buscaba
replegarse con un doble muro defensivo con 5 defensas y 3 medios para
únicamente responder con los contragolpes que pudieran aprovechar sus dos
rápidos y punzantes delanteros, Zardes y Wood.
Ambos
equipos fueron incrementando el ímpetu y, de paso sea dicho, la agresividad,
por lo que el árbitro se vio obligado a disparar tarjetas amarillas a diestra y
siniestra, sumando un total de 10 repartidas entre ambos equipos.
El guion
estaba escrito y no cambiaría hasta el silbatazo final. Estados Unidos
replegado y buscando salir con contragolpes y Paraguay volcado al frente
buscando taladrar, tal vez demasiado insistentemente, por el centro a una
defensiva bien plantada que aguantaba a pie firme las cada vez más nutridas
incursiones.
Paraguay
obligó a Brad Guzan a emplearse a fondo para mantener a salvo su meta en más de
una ocasión. Los grandes reflejos del arquero estadounidense salvaron a su
equipo del empate e impidieron que los paraguayos anotaran. Por otra parte,
Zardes y Wood lograron escaparse en más de una ocasión y también generaron
buenas oportunidades de peligro pese a tener que correr enormes distancias
acarreando o persiguiendo el balón desde su propio campo.
Zardes
tuvo una inmejorable oportunidad al quedar solo y en mano a mano con Villar
pero el arquero guaraní también supo resolver la situación rebotando el baló e
impidiendo la debacle de su equipo. Lezcano tuvo el empate unos minutos después
pero Guzan volvió a mostrarse y detuvo el cabezazo a boca de jarro mientras el
tiempo seguía transcurriendo y el empate no caía.
Los
últimos minutos fueron de un acoso impresionante por parte de Paraguay que no
quería darle respiro a Estados Unidos pero fueron infructuosos ya que los
norteamericanos mostraron la templanza requerida y lograron sobrevivir y salir
abantes y en ruta a los cuartos de final terminando sorprendentemente como el
primer lugar del grupo de la muerte, el Grupo A, de la Copa América Centenario.
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