Italia
cobró venganza de las derrotas sufridas en 2008 y 2012 y se impuso por 2 goles
contra 0 a España a la que superó colectivamente, sobre todo en el primer
tiempo en el que lograron irse arriba en el marcador y no ampliaron la ventaja
principalmente por la gran actuación de De Gea que se empleó a fondo para
mantener a su equipo en la pelea.
Vicente
del Bosque mandó al terreno de juego a su cuadro de lujo, con De Gea en la
portería, Ramos y Piqué en la defensa central, Alba y Juanfran en las
laterales, Busquets en la media central, Iniesta y Cesc por las bandas y
adelante con Nolito, Morata y Silva, tal vez pensando en que Italia les
esperaría atrás pero jamás se imaginó que Antonio Conte mandaría a su equipo
hacia el frente y presionaría a La Roja desde la salida. Los italianos salieron
al campo con una formación muy ambiciosa que incluía tres defensas centrales
acostumbrados a rifársela en el mano a mano y que también aportaban a la hora
de atacar, Barzagli, Bonucci y Chiellini formaron un bloque duro de romper con
Parolo, De Rossi y Giaccherini en la media cancha, conteniendo los embates
españoles, recuperando balones y permitiendo que Florenzi y De Sciglio tuvieran
más aporte ofensivo y nutrieran a Pelle y Eder en el frente.
Como es
su costumbre, Italia mostró el carácter desde el inicio pero en esta ocasión,
mostró una vocación ofensiva que desconcertó a los españoles. España necesita
dominar el balón para imponer su estilo pero en esta ocasión se encontró a un
rival decidido a impedirles precisamente eso y tuvo que luchar ante los
italianos para transitar rumbo al ataque.
Cuando
corría el 33', Eder mandó un fuerte disparo raso en un tiro libre desde afuera
del área y De Gea logró rechazarlo pero para su mala fortuna, Giaccherini
alcanzó el esférico antes que el defensa español y lo cedió para Chiellini
quien, como tromba, llegaba justo a la cita para anotar el 1-0.
España
intentó nivelar el encuentro empujando hacia el frente pero las respuestas
italianas enmudecían al estadio e incluso pudieron ampliar la ventaja pero una
gran reacción de De Gea a disparo de Giaccherini impidió que se moviera
nuevamente el marcador. La presión constante de los italianos hizo que España
perdiera muchos balones en el medio campo y generó excelentes oportunidades
para la azzurra que logró por buenos lapsos de tiempo acorralar a los ibéricos,
algo a lo que no están muy acostumbrados.
Para la
segunda parte, del Bosque mandó a Aritz Aduriz en sustitución de Nolito y
España mejoró considerablemente aunque en un contragolpe, De Gea tuvo
nuevamente que emplearse a fondo para evitar el segundo tanto de los italianos.
En esta ocasión, Eder perdió el mano a mano con el arquero español.
La nueva
actitud de La Roja fue de inmediato detectada por los azzurri que retrocedieron
para plantarse en su propio campo, esperaron ahora sí a sus rivales y buscaron
gestionar los contragolpes para liquidar el encuentro. España volvía por sus
fueros y de la mano de Iniesta y compañía se supo reorganizar para pelear por
la defensa de su corona aunque enfrente tenía a un equipo bien disciplinado,
con oficio y concentrado en su trabajo.
El acoso
español comenzó a rendir frutos y Buffon que fue un espectador de lujo en la
primera parte, comenzó a intervenir para mantener su portería sin mácula. Al
70', Lucas Vázquez entró en sustitución de Morata para una nueva reorganización
de España que a partir de ese momento se quedó sin centro delantero, con
Aduriz, Vázquez y Silva adelante pero sin la referencia de un hombre punta.
Para colmo de males, Aduriz tuvo que abandonar el campo debido a una lesión y
su lugar fue tomado por Pedro quien tiene aún más tendencia hacia el extremo.
Piqué
abandonó la defensa y se trasladó hacia el frente haciendo en ocasiones de
centro delantero. No había más, España estaba obligada a arriesgar, quemar
todas las naves y salir con todo en busca del empate pero Italia plantó un
doble muro defensivo muy difícil de burlar y, todavía atrás tenía al enorme
arquero que es Buffon, sin duda, un hueso duro de roer para España que, pese a
todo, puso su mejor empeño y encaró con fiereza a su rival.
Cuando ya
corría el 91', Italia cuajó por fin un contragolpe mortal y selló su pase a
cuartos de final. Insigne tomó el balón por la banda izquierda y mandó un largo
cambio de juego para Matteo Darmian quien controló, entró al área española y
cedió para Pelle que entraba por el centro y simplemente tuvo que empujar el
esférico para marcar el 2-0.
España
cayó con las botas puestas. Italia logró la ansiada clasificación y se ha
citado con Alemania en cuartos de final el próximo sábado 2 de julio. Sin duda,
un encuentro que atraerá todas las miradas
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