Hace
menos de una década, Islandia se encontraba sumida en una profunda crisis
producto de un escándalo que reventó la economía interna del país. En ese
entonces, nadie podía imaginarse que la humilde selección de futbol pudiera
levantar el vuelo y elevar sus bonos ya que se encontraba fuera del Top 100,
tradicionalmente había sido uno de los representativos más débiles de Europa y
no parecía tener mucho qué hacer en las eliminatorias continentales, donde
compiten varias de las mejores selecciones del mundo y se pelean los puestos de
clasificación encarnizadamente.
Sin
embargo, poco a poco y con un enorme esfuerzo, Islandia ha logrado escalar
posiciones y, por lo pronto, en la Clasificación Mundial FIFA de junio ya
aparecía en el puesto número 34, por arriba de Dinamarca, Grecia, Albania,
Escocia, Eslovenia, Finlandia y muchos otros. Este crecimiento fue debido
principalmente a un enorme esfuerzo que los llevó a conquistar por primera vez
en su historia la clasificación a una fase final de la Eurocopa. Durante el
proceso eliminatorio, los islandeses lograron derrotar nada más y nada menos
que a selecciones de la talla de Holanda, República Checa y Turquía que eran
amplias favoritas para obtener el boleto para la EURO 2016.
En la
EURO 2016 les tocó competir en el Grupo F, junto con Hungría, Portugal y
Austria y conquistaron la clasificación de forma invicta como segundo lugar del
grupo por diferencia de goles ya que terminaron empatados en 5 puntos con el
líder Hungría y relegaron al tercer puesto a uno de los favoritos, Portugal,
quedando eliminada Austria.
Los
vikingos obtuvieron sus 5 puntos empatando con Portugal y Hungría a 1 gol por
bando y venciendo por 2 tantos contra 1 a Austria.
En los
octavos de final les tocó jugar contra Inglaterra que venía de un proceso
eliminatorio perfecto. Los ingleses, de la mano de Hodgson, ganaron todos sus
partidos eliminatorios y habían despertado las esperanzas de miles de
aficionados que desean el regreso de su equipo a los primeros planos pero los
islandeses se encargaron, con un marcador de 2 goles contra 1, de devolverlos a
la realidad eliminando al equipo de la rosa.
Hoy en
día, Islandia se ha situado entre los mejores 8 equipos de Europa y de la mano
de Lars Lagerbäck, un veterano técnico que ha reverdecido laureles y ahora se
encuentra en el pináculo de su carrera, tratará de hacer historia al
enfrentarse a Francia, el equipo local y uno de los principales favoritos para
llevarse la copa.
Lagerbäck
tomó un pequeño ejército de jugadores que militan principalmente en el exterior
y logró conjuntar un equipo capaz de plantarle cara al más pintado. Islandia
juega con mucho orden y, sobre todo, con enorme entrega. No hay rotaciones, el
once titular es siempre el mismo y los cambios que se llevan a cabo son por
necesidades específicas como lesiones o suspensiones. La defensa se planta bien
y es ayudada por un segundo muro defensivo formado por los mediocampistas.
Usualmente ceden el control del balón al equipo contrario, lo esperan en su
propio campo y salen jugando con largos y relampagueantes contragolpes.
Practican mucho las jugadas de táctica fija y aunque no tienen una gran
variedad, suelen hacerle mucho daño al contrario ya que pelean con mucha
fuerza y son capaces de convertir
cualquier centro al área en una jugada de gol. Los tiros libres e incluso los
saques de banda suelen convertirse en centros al área y tienen a un buen número
de cabeceadores que acostumbran peinar en busca de un compañero que cierre la
pinza.
Si bien
los jugadores que conforman la Selección de Islandia se encuentran actualmente
en equipos pequeños o incluso en divisiones inferiores de ligas extranjeras,
han logrado elevar a su equipo a alturas hasta hace poco insospechadas. Para
Islandia, el enfrentamiento ante Francia es otra oportunidad de cambiar sus
vidas y de catapultarse a la estratósfera rompiendo todos los esquemas con el
corazón por delante, cumpliendo retos, superando obstáculos y conquistando un
sueño.
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