La
Selección Nacional de México comenzó con el pie derecho su participación en la
Copa América Centenario al derrotar por 3 goles contra 1 a su similar de
Uruguay en el University of Phoenix Stadium en Arizona, Estados Unidos.
Juan
Carlos Osorio mandó al terreno de juego una formación inédita con Alfredo
Talavera en la portería, Rafael Márquez y Héctor Moreno en la defensa central,
Néstor Araujo en la lateral izquierda y Miguel Layún en la lateral derecha,
Diego Reyes en la contención, Andrés Guardado en la media izquierda y Héctor
Herrera por la derecha y adelante con Javier Aquino, Jesús Corona y Chicharito
pero prácticamente en cuanto silbó el árbitro, la formación cambió y la defensa
se quedó con una línea de tres centrales, Márquez, Moreno y Araujo, que eran
auxiliados por Layún por la lateral derecha en ocasiones, Diego Reyes en el
centro en otras, Andrés Guardado por la izquierda e incluso por Javier Aquino
cuando era necesario, dejando principalmente a Corona y Chicharito al frente en
busca de los lanzamientos. Óscar Tabárez, por su parte, utilizó su habitual
4-4-2 con Muslera en la portería, Godín y Giménez en la defensa central, Álvaro
Pereira por la izquierda y Maxi Pereira por la derecha, Matías Vecino, Egidio Arévalo,
Nicolás Lodeiro y Carlos Sánchez en la media cancha y adelante con Cavani y
Rolán.
Los
mexicanos no tardaron en lanzar su primera ofensiva y para su buena fortuna se
fueron al frente en el marcador. Corría apenas el 3' cuando Andrés Guardado
tomó un balón por la banda izquierda y mandó un largo centro al corazón del
área donde Héctor Herrera peleaba con Álvaro Pereira y el defensa charrúa logró
adelantarse y golpear el balón pero para su mala fortuna lo introdujo en su
propia meta para el 1-0.
El gol
fue un golpe anímico para la celeste y México lo aprovechó para tomar el
control del partido, establecer su ritmo y dictar sus reglas sobre todo en la
media cancha donde Herrera y Guardado principalmente comandaban los avances de
la tricolor pero no lograban conectar adecuadamente con Aquino y Corona y mucho
menos surtirle balones a modo a Chicharito por lo que el Tri careció de
profundidad. Las respuestas de los charrúas eran sobre todo a pases largos o en
jugadas a balón parado aprovechando las continuas faltas innecesarias cometidas
por los mexicanos que les permitían adelantar a Godín y Giménez, que son
excelentes cabeceadores, y lanzar peligrosos centros al área.
La
defensa mexicana no estuvo muy fina y sufrió en más de una ocasión por falta de
coordinación sobre todo cuando Uruguay avanzaba por los extremos. Los charrúas
estuvieron a punto de empatar el marcador cuando Cavani se movió para la banda
derecha y recibió un excelente pase filtrado, aprovechando que por el lado
izquierdo del ataque uruguayo se había colgado Araujo y, al mismo tiempo, por
el lado derecho, Moreno se dejó ganar la espalda, por lo que el sudamericano se
escapó y enfrentó en un mano a mano a Talavera que aguantó y logró rechazar el
fuerte disparo del ariete charrúa para salvar a su equipo.
En los
minutos finales de la primera parte, Matías Vecino recibió su segunda amarilla
luego de una fuerte e innecesaria falta sobre Guardado por la banda izquierda
del ataque mexicano cuando este quería escaparse en un contragolpe.
Uruguay
salió mucho más concentrado para la segunda parte y tomó el control del partido
apretando fuerte en la marca y mordiendo a México desde la salida, lo que
provocó que los charrúas recuperaran muy rápidamente el balón y forzaran muchos
pases fallidos de los mexicanos.
Ante la
intensa presión de los charrúas, Juan Carlos Osorio intentó revertir la
situación haciendo ingresar a Hirving Lozano por Javier Aquino cuando corría el
54' para contragolpear mejor pero el cambio no funcionó ya que tanto Lozano
como Corona, que estaban tratando de abrir el campo por los extremos, perdían
con mucha facilidad el balón y los celestes mantenían una fuerte presión sobre
la portería mexicana.
Talavera
comenzó a sufrir un acoso con centros constantes sobre el área y en un intento
por despejar un balón se pasó de largo pero afortunadamente la defensa logró
rechazar el esférico y no hubo daños que lamentar en esa jugada. Al 61', Osorio
decidió sacar a Corona, un delantero, para ingresar a Jesús Dueñas, un
mediocampista, y tratar de recuperar el medio campo que se había perdido ya que
Diego Reyes había bajado para hacer labor defensiva, ubicándose como un central
más y se había perdido la contención.
El cambio
tampoco funcionó y cuando corría el 73', Andrés Guardado recibió su segunda
amonestación al cometer una falta innecesaria buscando cortar un avance. Carlos
Sánchez cobró la falta y mandó un magnífico centro al área donde Diego Godín le
ganó el salto a la defensa mexicana para poner el marcador 1-1 al 74'.
Con el
ingreso de Dueñas, Hirving Lozano se movió a la banda izquierda y ahí causó más
daño. En una de sus primeras jugadas por esa banda, mandó un centro al área
buscando a Chicharito que se había movido buscando una diagonal retrasada pero
el trazo salió hacia otro lado y Godín rompió con facilidad. Osorio mandó a
Raúl Jiménez al terreno de juego al 83' en sustitución de Chicharito y en una
de sus primeras intervenciones, peleó el balón en el área del equipo charrúa y
logró un tiro de esquina que fue cobrado por Miguel Layún por la banda
izquierda del ataque mexicano y este sirvió para atrás para Lozano en una
jugada prefabricada que buscaba un pase largo para Rafael Márquez que se
encontraba en el segundo poste pero el veterano defensa central del Tri falló
en la recepción y el balón se escurrió y tuvo que ser rescatado por Raúl
Jiménez quien volvió a retrasa el esférico para Márquez que entonces mandó un
fogonazo que se introdujo en la portería uruguaya dejando sin oportunidad a
Muslera para el 2-1.
Uruguay,
haciendo gala de su espíritu de lucha, volvió a lanzarse al frente en busca del
empate pero un rápido contragolpe de México terminó por matar sus aspiraciones.
Cuando corría el 92', un largo trazo hacia el frente fue ganado por Raúl
Jiménez quien desvió el balón para Hirving Lozano y se escapó por la banda
izquierda y sirvió de regreso a Raúl Jiménez que entraba al área en una
excelente posición y aunque no pudo controlar el esférico en primera instancia,
se las ingenió para mandar un magnífico centro para Héctor Herrera que estaba
solo en el área chica y simplemente empujó el balón suavemente con la cabeza
para marcar el 3-1.
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