Lamentables sucesos

Brasil ha dado de qué hablar de nueva cuenta pero lamentablemente en esta ocasión no es para bien ya que se han registrado unos penosos incidentes durante el duelo entre el Atlético Paranaense y el Vasco da Gama que dejó varios heridos y obligó a suspender por más de una hora dicho encuentro.

Ambas aficiones se enfrascaron en una batalla campal en un encuentro custodiado por la seguridad privada, que fue rebasada por los acontecimientos. El partido se llevó a cabo en una sede alterna ya que el estadio del Atlético Paranaense está en remodelación para el Mundial de Brasil 2013, por lo que se jugó en la Arena Joinville, en el Estado de Santa Catarina.

La violencia estalló cuando corría el 17' y el Atlético vencía al Vasco por 1 a 0. La porra del Vasco se lanzó sobre la porra del Atlético y las fuerzas de seguridad fueron rebasadas, por lo que la violencia no pudo ser contenida y el partido se suspendió durante más de una hora.

El partido era crítico para ambos equipos ya que el Atlético requería ganar para clasificarse a la Copa Libertadores mientras el Vasco se jugaba la permanencia en la máxima categoría, por lo que la tensión era previsiblemente alta y la escasa presencia de fuerzas del orden por poco termina en tragedia.

De los heridos reportados, hay dos que aún continúan con pronóstico reservado y su estado es "preocupante" según autoridades brasileñas.

A final de cuentas, el partido se reanudó después de una hora y terminó 5-1 a favor del Atlético por lo que el Vasco descendió junto con el Fluminense.

Estos lamentables hechos se suman a otros similares que incluso según grandes figuras del balompié se han hecho frecuentes en dicho país y deberán ser atendidos para evitar una tragedia de enormes proporciones en el Mundial de Futbol Brasil 2014. Según se ha publicado, para las autoridades brasileñas, la responsabilidad en la vigilancia de un partido debe de recaer sobre los particulares y esta es la base del problema ya que la seguridad privada fácilmente es rebasada cuando miles de fanáticos enardecidos pierden el control en este tipo de encuentros.