Después del 5 x 1 a
favor de México en la ida, Nueva Zelanda tendrá ahora la obligación de tomar
otra actitud y su técnico Ricki Herbert no ha dudado en declarar a la prensa
que buscarán ahora ser muy agresivos para tratar de meterse pronto al partido.
México utilizó un
5-3-2 en el partido de ida en el que sus dos laterales, Miguel Layún y Paul
Aguilar, se agregaron constantemente al ataque, convirtiéndose en una poderosa
herramienta para desfondar a la defensiva neozelandesa que se vio superada con
la movilidad y variantes del conjunto tricolor.
Para México, ser
agresivos también podría ser una solución ya que saben que un gol tempranero
mataría por completo las esperanzas neozelandesas y simplificaría el compromiso
permitiéndoles mayor tranquilidad por lo que Miguel Herrera ha insistido en que
buscará que sus jugadores no se relajen y eviten excesos de confianza para
evitar desaguisados.
Oribe Peralta ha
prometido "salir a matar desde temprano" ya que para México no habrá
nunca mejor estrategia que salir a ganar. El centro delantero comentó a la
prensa que "lo hemos platicado entre nosotros y también con Miguel Herrera
y no hemos venido a defender ninguna ventaja, venimos aquí a ganar y a no dejar
ninguna duda".
El contrato de
Miguel Herrera termina después de este compromiso por lo que la actuación del
conjunto tricolor podría ser determinante para su futuro como timonel de la
selección mexicana y curiosamente, también Ricki Herbert ha comentado que muy
probablemente este podría ser su último partido al frente de Nueva Zelanda por
lo que, de una u otra forma, ambos técnicos podrían estarse jugando su futuro
en esta vuelta del repechaje entre Nueva Zelanda y México.
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