Powered By Blogger

martes, 21 de enero de 2014

Aumenta la presión


Es natural que exista presión sobre el cuerpo arbitral. Lo quieran o no, un error puede cambiar el rumbo de un partido y la administración de justicia dentro del terreno de juego siempre ha generado polémica en cualquier deporte y el futbol soccer no es la excepción.

A un árbitro hay que exigirle honestidad ante todo. Es la base sobre la que se debe de construir un juez que se precie de serlo. Adicional a eso, el silbante debe tener un conocimiento pleno del reglamento de competencia y también debe de tener el criterio para aplicarlo así como la práctica y el conocimiento para recorrer adecuadamente la cancha y ubicarse siempre en el mejor ángulo posible dentro de las trayectorias por las que debe de transitar en un partido de futbol.

Sin embargo y a pesar de todo, como cualquier ser humano está sujeto a cometer errores. El tiempo que tiene para juzgar una jugada es mínimo y debe de tomar una decisión inmediatamente por lo que siempre deberá tener la mayor comunicación posible con sus asistentes.

A todo esto hay que añadirle que muchos jugadores buscan engañarlo y fingen faltas o simulan situaciones y también existen jugadas que, por su velocidad y naturaleza, pueden ser muy engañosas. Por eso hay que ser prudentes a la hora de juzgar las determinaciones del árbitro y separar aquellas en las que hay cierto margen de error de las que son claras fallas u omisiones.

Hay entrenadores que gustan cargar de presión al árbitro desde antes del partido. Tal fue el caso de Cardozo quien se curó en salud desde antes de enfrentar al América en semifinales del Apertura 2013. También hay algunos directores técnicos que gustan de recargar la culpa de la derrota sobre los errores arbitrales y hacen un escándalo después de perder un partido. Claro, muchas veces hablan estando aún "calientes" y simplemente no miden las declaraciones como sucedió con Miguel Herrera después de la derrota ante León en la final del torneo anterior.

Cuando se da este tipo de situaciones, antes y después de los partidos, el ambiente se enrarece y la presión hacia los árbitros y jueces de línea va en aumento. No faltan los expertos que de inmediato ponen el grito en el cielo y hablan de crisis en el arbitraje y todos los ojos comenzarán a buscar errores rápidamente.

Mal hizo la Liga MX en no intervenir antes, cuando Cardozo y Herrera hablaron en la Liguilla anterior y esperarse hasta ahora que el Tuca mandó un fuerte y pesado dardo para hacerlo. Esa intervención a destiempo permitió que la presión fuera en aumento y fue un mal precedente. Bien hizo Matosas en sus cautas declaraciones. Con experiencia supo decir lo que pensaba sin caer en lloriqueos y brindó ese equilibrio que bien debiera ser imitado por otros técnicos para recomponer el momento.

Si bien la Liga MX tiene que preocuparse por sanear el momento y frenar las declaraciones excesivas de los equipos participantes pero tampoco debe de olvidarse de los silbantes. Al fin y al cabo, el origen del problema está en los errores graves y sus afectaciones y la mejor forma de desviar la atención de todos hacia el juego es preciosamente con buenos arbitrajes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario