Si bien todo parecía
volver a la calma tras la renuncia de Sandro Rosell a la presidencia del
Barcelona y el posterior retiro de la querella sobre la contratación de Neymar,
las aguas parecen enturbiarse de nuevo ya que el nuevo presidente azulgrana,
Josep María Bartomeu, busca reagrupar a su gente y enfocarse en un enemigo
común: Florentino Pérez y el Real Madrid a quienes acusa de estar detrás del
complot que sacó a la luz los trapitos sucios del "Caso Neymar".
Si bien el costo de
Neymar fue escondido entre un buen número de contratos que disfrazaban el
desembolso total hecho por el Barcelona, la querella de un socio obligó a
Rosell a entregar los contratos relacionados y dejó al descubierto la enorme
cantidad de dinero gastada en contratos adyacentes y el primero en pegar un
grito en el cielo fue Messi quien por conducto de su padre exigió una
renegociación de su contrato para volver a ser el mejor pagado de la
institución y del mundo pero eso no evitó que la Audiencia Nacional mantuviera
el pulso y arrinconara a la directiva del Barcelona obligando la dimisión de
Sandro Rosell.
Para Bartomeu la
respuesta es fácil. El enemigo de siempre es el que mejor se ajusta a sus
intereses y hay que enfocar todas las fuerzas hacia él. Para el nuevo
presidente blaugrana, "cuesta digerir que tengamos a Messi y a
Neymar" y quiere que de alguna forma se sepa que fue Florentino Pérez
quien intentó sabotear los esfuerzos para fichar a Neymar desde un principio
por lo que no puede descartar una querella contra quien "ha filtrado la
información" sobre el caso Neymar y contra quien a su juicio "publicó
la filtración falsa". Es decir, la guerra es contra Florentino Pérez, el
Real Madrid y EL MUNDO.
Josep María Bartomeu
no se plantea demandar al socio que interpuso la querella, Jordi Cases, pues
considera tener evidencias sobre quién filtró las cifras del contrato y que
estas evidencias apuntan hacia otro lado, hacia Madrid y por eso el caso no
está en Barcelona sino en la capital española, donde el Club no tiene
injerencia y sí tiene todas las de perder.
Si bien el caso
sigue su curso pese a que Jordi Cases ya desechó la querella, buscará ahora que
esta se declare incompetente y que todo se defina en juzgados de Barcelona
donde obviamente el Club puede ejercer mucha más influencia en busca de
cerrarlo e impedir de esa forma que sigan habiendo filtraciones y salgan a la
luz muchos más detalles potencialmente dañinos.
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