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martes, 28 de enero de 2014

La batalla se enfurece


Si bien todo parecía volver a la calma tras la renuncia de Sandro Rosell a la presidencia del Barcelona y el posterior retiro de la querella sobre la contratación de Neymar, las aguas parecen enturbiarse de nuevo ya que el nuevo presidente azulgrana, Josep María Bartomeu, busca reagrupar a su gente y enfocarse en un enemigo común: Florentino Pérez y el Real Madrid a quienes acusa de estar detrás del complot que sacó a la luz los trapitos sucios del "Caso Neymar".

Si bien el costo de Neymar fue escondido entre un buen número de contratos que disfrazaban el desembolso total hecho por el Barcelona, la querella de un socio obligó a Rosell a entregar los contratos relacionados y dejó al descubierto la enorme cantidad de dinero gastada en contratos adyacentes y el primero en pegar un grito en el cielo fue Messi quien por conducto de su padre exigió una renegociación de su contrato para volver a ser el mejor pagado de la institución y del mundo pero eso no evitó que la Audiencia Nacional mantuviera el pulso y arrinconara a la directiva del Barcelona obligando la dimisión de Sandro Rosell.

Para Bartomeu la respuesta es fácil. El enemigo de siempre es el que mejor se ajusta a sus intereses y hay que enfocar todas las fuerzas hacia él. Para el nuevo presidente blaugrana, "cuesta digerir que tengamos a Messi y a Neymar" y quiere que de alguna forma se sepa que fue Florentino Pérez quien intentó sabotear los esfuerzos para fichar a Neymar desde un principio por lo que no puede descartar una querella contra quien "ha filtrado la información" sobre el caso Neymar y contra quien a su juicio "publicó la filtración falsa". Es decir, la guerra es contra Florentino Pérez, el Real Madrid y EL MUNDO.

Josep María Bartomeu no se plantea demandar al socio que interpuso la querella, Jordi Cases, pues considera tener evidencias sobre quién filtró las cifras del contrato y que estas evidencias apuntan hacia otro lado, hacia Madrid y por eso el caso no está en Barcelona sino en la capital española, donde el Club no tiene injerencia y sí tiene todas las de perder.

Si bien el caso sigue su curso pese a que Jordi Cases ya desechó la querella, buscará ahora que esta se declare incompetente y que todo se defina en juzgados de Barcelona donde obviamente el Club puede ejercer mucha más influencia en busca de cerrarlo e impedir de esa forma que sigan habiendo filtraciones y salgan a la luz muchos más detalles potencialmente dañinos.

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